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Amando de Miguel

Ejercicios de imaginación política

Qué gran lección de civismo sería que no se borraran los símbolos del pasado. Desgraciadamente vivimos hoy una estúpida orgía iconoclasta; traerá dolientes consecuencias.

Albert Icart Martori se queja de que yo hay interpretado mal su opinión respecto a la propuesta del himno nacional. Pido perdón. Transcribo literalmente su forma de pensar: "Me enorgullece enormemente que mi Patria realizara una de las más grandes gestas de la humanidad como fue el descubrimiento de América y todos los hechos que usted ha citado y tantos otros... El verso [del himno] que más me disgustó es el de destino imperial... por eso creo que sería mejor sustituir la palabra destino por alguna otra como recuerdo". Esto del himno me fatiga un poco. Ya veo que es imposible que los españoles nos pongamos de acuerdo en una letra que a todos satisfaga. Por mí, como si nos pasamos a la Marsellesa. Ya más en serio, no estaría mal la letra de un himno que aludiera a lo que de verdad nos distingue: cierta alegría de vivir y la capacidad para resistir las penas.

Olivia Llorente me envía la letra del himno nacional propuesta por Enrique Hernández-Luike: 

¡Viva España!
Corona de laureles
gloria universal
de un pueblo triunfador.

Arte y fuerza
conjunto de culturas
firme pedestal
de la Constitución.

Mano de Europa
tendida a todo el Mundo
proa sobre el mar
Plus Ultra con Amor.

Madre y maestra
más de veinte naciones
cantan libertad
con nuestra misma voz.

Jesús me vuelve a remitir la letra completa de su propuesta de himno:

¡Viva España!
bandera que llevamos
para defender
a toda la Nación.

¡Canta España!
tus hijos son hermanos
con la sabia ley
de tu Constitución.

Abro mi alma
quiero tu luz
mi esfuerzo y mi coraje
sean mi virtud.

Tierra querida
gentes de honor
con todos nuestros pueblos
en el corazón.

No entro ni salgo. Me llegan muchos correos sobre esto de la letra del himno nacional. Me es imposible dar cuenta de todos ellos. Una cosa es cierta: en España hay muchos patriotas y poetas.

Luis Argüello Álvarez, ante el desgraciado suceso del ataque a Rosa Díez en la Facultad de Políticas de la Complutense, escribe compungido: "Es la primera vez que siento vergüenza de tener colgado en mi despacho un título de la Complutense." No es tanto por el vandálico como por el gesto de Pilatos que ha manifestado el Rector Berzosa. Tome nota su magnificencia.

Virgilio Oñate me envía una bien pensada predicción para los próximos comicios en España. "En resumen, el PP obtendrá 9,1 millones de votos, más algunos desencantados que votaron al PSOE en 2004. El PSOE obtendrá 6,3 millones, [con un añadido] entre 1 y 2 millones de votantes más que lo harán con poco entusiasmo y los partidos periféricos sacarán el mismo número de votos que siempre... El PSOE, por tanto, no tiene más bazas que buscar una crispación general que anime a sus votantes menos satisfechos a votar con el pie en evitación del cambio de gobierno". Añado mi predicción: ganará Zapatero en España y Obama en USA. No es el resultado que yo deseo, entre otras razones, porque ambos dignatarios traerán más inflación, el impuesto de la gente modesta. Por lo menos habrá una cosa buena: que Zapatero podrá ser recibido en la Casa Blanca.

Javier Vicuña da cuenta de lo que podría ser un ejercicio de arqueología onomástica, en este caso a través de símbolos: "En San Sebastián, junto a la estación de RENFE había un elegante pórtico coronado por el escudo de la República (Escudo de España con corona mural). Pienso yo que el franquismo no advirtió la presencia de este resto republicano y allí siguió ese pórtico hasta la reforma urbanística de hace pocos años". Mi experiencia me dice que por todas partes de España quedan algunos restos simbólicos de la época republicana y naturalmente de la franquista. Recuerdo un solo dato: en un Instituto de segunda Enseñanza (o como se llame ahora) de Albacete queda en un fresco el símbolo de la República. Nadie lo quitó nunca y era un centro educativo. Qué gran lección de civismo sería que no se borraran los símbolos del pasado. Desgraciadamente vivimos hoy una estúpida orgía iconoclasta; traerá dolientes consecuencias. Espero que por lo menos nos desaparezcan tantos escudos de los Reyes Católicos, en piedra, con las flechas y el yugo. No es vana mi petición. En la última película sobre Juana la Loca sale muchas veces el escudo de los Reyes Católicos, pero sin el yugo y las flechas. Hay que ser cenutrios.

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