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EDITORIAL

Asesinos e "hijos predilectos"

En la localidad navarra de Etxarri-Arantz se nombró "hijo predilecto" a Vicente Nazábal, el asesino del alcalde Jesús Ulayar. La plaza en la que vivía su familia se llama hoy "plaza de los gudaris".

Aunque no sea tan conocida como la reiterada negativa a revocar la resolución parlamentaria en favor del diálogo con ETA, otra de las innumerables bajezas que ha perpetrado el Gobierno de Zapatero con tal de capitalizar en su favor el frente nacionalista fue la de negarse el pasado 18 de diciembre a respaldar en el Congreso una proposición no de ley que requería a los ayuntamientos del País Vasco y de Navarra que retirasen los nombres de calles, placas conmemorativas o cualquier monumento que homenajee a los terroristas. En dicha proposición presentada por el PP también se instaba al Gobierno a que pidiera a las corporaciones locales que revocasen los acuerdos por los que se hubieran designado como hijos adoptivos a etarras o les hubieran dado cualquier otro tipo de honores.

Pues bien, este lunes, y gracias a la infatigable labor de las víctimas del terrorismo en general, y de los familiares del asesinado Jesús Velasco Zuazola en particular, la Abogacía del Estado se ha dignado por fin a hacer un informe en el que se señala que el Ayuntamiento de Hernani debe anular el acuerdo adoptado en 1982 que da a un parque de la localidad el nombre del etarra José Manuel Aristimuño, quien asesinó en 1980 al comandante Velasco delante de sus hijas.

Argumenta la Abogacía del Estado que la "existencia de un parque con el nombre del etarra y de un símbolo conmemorativo en su honor vulnera el derecho fundamental al honor y es un atentado contra la dignidad, no sólo contra sus víctimas, sino contra toda la sociedad". En realidad es mucho más que eso. Es un acto de apología del terrorismo, por el que deberían ser procesados sus autores.

En cualquier caso, esperemos que la Delegación del Gobierno reclame inmediatamente al Ayuntamiento de Hernani –presidido por ANV– la revocación de dichos acuerdos, y que la Abogacía del Estado proceda igualmente en Lejona, Durango, Amorebieta, Arrigorriaga, Elgueta, Alegría o Llodio y tantos otros municipios en los que se homenajea con calles, plazas y parques a militantes de ETA como Argala, Txikia, Txiki, Otaegi o Txabi Etxebarrieta, entre otros.

Que en una localidad como Zizurquil, cerca de San Sebastián, haya dos plazas con los nombres de dos etarras –uno del comando Madrid y otro del comando Donosti–, es un hecho tan escandaloso como que en la localidad navarra de Etxarri-Arantz se nombrara "hijo predilecto" a Vicente Nazábal, el asesino del alcalde Jesús Ulayar. La plaza en la que vivía su familia se llama hoy "plaza de los gudaris".

Y no son, insistimos, los únicos casos en los que las familiares de las victimas pasean o viven por parques o calles que rinden homenaje a sus verdugos.

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