Amanda repasa en su cabeza una y otra vez la escena y no encuentra explicación a lo que hizo. Apuntada por un pistola, esta estanquera del centro de Granada no respondió con miedo, respondió con rabia y se enfrentó a su atracador con palabras.
El atracador sacó la pistola y mientras le apuntaba con ella le dijo que le entregara todo el dinero. "Si no te mueves no te pasará nada". Pero Amanda le contestó que su jefe se acababa de llevar toda la caja y que allí no había nada de dinero.
Se lo estaba inventando mientras oía sollozar a su hija, que veía toda la escena por las cámaras de seguridad. En ese momento Amanda cogió un pequeño cesto del mostrador donde guarda billetes sueltos y algo de calderilla para el cambio. "Había dos billetes de cinco y uno de diez", recuerda la estanquera. En total 20 euros con los que podía haber intentado salir de aquella situación.
Pero Amanda cogió el dinero, se lo enseñó al atracador y se lo guardó en el bolsillo delante de él. "Si tienes huevos dispara", le dijo entonces, "no te voy a dar ni un duro". Con tanta firmeza lo dijo que el ladrón se dio por vencido y se rindió. En mitad del atraco se guardó la pistola y abandonó el intento de robo con las manos vacías. Aún no había salido por la puerta del estanco y Amanda ya iba corriendo detrás de él.

