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Katy Mikhailova

El coletas del 'lumpen'

¿No eran ustedes ecologistas, protectores de la naturaleza y obsesionados con la capa de ozono? Así son estos nuevos progres.

¿No eran ustedes ecologistas, protectores de la naturaleza y obsesionados con la capa de ozono? Así son estos nuevos progres.
Pablo Iglesias, de tertulia | Imagen TV

Llevan el pelo recogido en una coleta. Acuden a tertulias con americanas y camisetas de sport. No se afeitan. De las corbatas, mejor ni hablamos, ¿verdad? Es un símbolo capitalista. Nosotros somos lo suficientemente intelectuales para tener que llevar una corbata. La corbata, que la lleven los banqueros. Portan vaqueros, olvidándose de que en la URSS, cuna del Comunismo, ideología que abrazan y añoran, estaban prohibidos. Pulseritas ibicencas en las muñecas... Siempre en la mano izquierda, que todo tire para este lado. ¡Ay! ¡Error! ¡Algo desentona! Parece que son de cuero vacuno. Pero, ¿no eran ustedes ecologistas, protectores de la naturaleza y obsesionados con la capa de ozono? Así son estos nuevos progres. Se intentan labrar un futuro yendo de tertulia a tertulia y se pasan por el forro -de piel ecológica, por supuesto, comprado en el Zara al que tanto critican- que la riqueza se genera creando empresas, lo que trae consigo empleo. ¿Que no están contentos con la realidad y la penuria? Jueguen a ser empresarios en lugar de políticos, pues esto último no se les da bien.

Son herederos de las boinas, de los monos de trabajo, las alpargatas campesinas, las camisas de leñadores y los chalecos en tejido tweed. Pero la estupidez y la caradura supera a sus "antepasados ideológicos". Y la diferencia con estos es que los que portaban boinas al menos sí trabajaban, y no sólo le daban a la lengua. Porque, lectores, hablar es gratis; pero el daño que se hace a terceros, pasa factura. Estos nuevos progres no trabajan en demasía. Solo ejercen la demagogia en los platós de televisión.

Y luego, después de tanta estética previa ética doblemoralista, vienen las perlitas que de cuando en cuando sueltan. Decía el otro día un tal Pablo Iglesias, alias el coletas, una frase que me ha dejado impactada: "No di un puñetazo porque alguien de mi situación socioeconómica se vea muchas veces en esta situación, sino porque estábamos en un centro social y un grupo de lúmpenes... pues eso, gentuza de clase mucho más baja que la nuestra (...)".

¿Perdón? Me he perdido. ¡¿Ah, que ustedes no son lúmpenes?! No lo entiendo. ¿Existe gentuza de clase mucho más baja que la suya? Lo desconocía. Yo pensaba que el orden era el siguiente: tertulianos de Sálvame, semi-analfabetos, analfabetos y, por último, ustedes. ¿Qué hay después de su estrato?

Lumpen, lumpenproletariat. Un término tan usado por vuestro Dios todopoderoso Marx, que entre el trastrás por detrás que le proporcionaba Engels, soltaba cada bazofia que Lenin profetizaba para masacrar la Rusia imperialista.

Resulta curioso que, según sociólogos como Durkheim o Weber, la estratificación social va en función del capital cultural. Y para subir o bajar de un estrato a otro, tienen que pasar 3 generaciones. No sé si el coletas tiene cultura, pero sí importantes baches económicos: debe de ser de esos que aún piensan que los empresarios son malos. A pesar de que este PP no es lo que realmente algunos esperábamos, cada vez que sintonizo La Sexta me entran más ganas de votar a los populares.

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