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Los retos de la princesa Leonor en su 20 cumpleaños: más responsabilidad institucional y ejemplaridad

La Princesa, símbolo de renovación, llega a los veinte equilibrando tradición y modernidad, clave para su papel público.

La Princesa, símbolo de renovación, llega a los veinte equilibrando tradición y modernidad, clave para su papel público.
Leonor y Felipe VI | Libertad Digital

La madrugada del 31 de octubre de 2005 fue la noche de los SMS. El primero, uno escueto, como requerían los mensajes de texto de entonces, a las 01:21 horas decía lo siguiente: "La Princesa de Asturias se encuentra ingresada en la Clínica Ruber Internacional para dar a luz".

Una hora más tarde, a las 02:39 de la madrugada, Zarzuela informaba "La Princesa de Asturias acaba de dar a luz una niña". Una niña, que, tal y como nos comunicarían más tarde: "La recién nacida recibirá el nombre de Leonor, y le corresponde la dignidad de Infanta de España".

Finalmente a las 6 de la mañana, un nervioso y feliz Príncipe de Asturias compareció ante los medios de comunicación para dar los primeros detalles del nacimiento. La pequeña, que nació por cesárea tras seis horas de parto, pesó 3,540 kilos y midió 47 centímetros. Entonces, su orgulloso padre, que estuvo presente en el parto, desveló que la niña se iba a llamar Leonor, un nombre que les gustaba a ambos, y mostró su emoción: «Es lo más bonito que le puede ocurrir a nadie. La princesa y yo estamos felices, radiantes. Ambas están en perfecto estado".

Veinte años después, con la Princesa Leonor terminando su formación militar en la AGA de San Javier, son muchas las preguntas sobre el papel que desempeñará en las próximas décadas. ¿Estará condicionada por el contexto político y social en constante cambio de nuestro país? ¿Qué grandes retos tendrá que afrontar la monarquía en una sociedad tan crítica y plural como la española? ¿Será capaz de conectar con los ciudadanos sin perder el rigor institucional de su condición?

La verdad es que solo el tiempo lo dirá. De momento, la Princesa Leonor llega a los 20 años siendo un símbolo de continuidad y renovación, con más madurez institucional, y donde ha sabido conectar con las nuevas generaciones y ha encontrado el equilibrio entre tradición y modernidad.

Con motivo de su vigésimo cumpleaños, la asociación Concordia Real Española, en colaboración con la consultora Enigmia, especializada en inteligencia artificial y análisis reputacional, ha lanzado el informe "La proyección institucional de la Princesa Leonor (2023–2025)" en el que destaca que la figura de la Princesa de Asturias se consolida como "una figura madura, disciplinada y cercana, que transmite confianza, estabilidad y modernidad institucional". Según las conclusiones del estudio, destacan especialmente su sentido del deber, su preparación y su proyección internacional, elementos que la sitúan entre las herederas europeas más completas y con mayor reputación mediática.

Como afirmó el anterior jefe de la Casa de S. M el Rey, Jaime Alfonsín, en su brillante discurso de ingreso en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, la Princesa Leonor "sabe que la Constitución tiene que ser su guía. Pero la ejemplaridad es ya imprescindible en los tiempos actuales para el desempeño de cualquier servicio público; implica rendir cuentas de sus actos, ser transparente en sus conductas; tener siempre la capacidad para poder explicar y justificar las decisiones. Actuar con coherencia. Actuar siempre con verdad".

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