Astrid Klisans atraviesa una de las etapas más dulces de su vida. La venezolana se ha convertido en la madrina de la fiesta de lanzamiento del nuevo bombón Raffaello del Grupo Ferrero donde charló con Chic sobre la recuperación de su último embarazo, la relación con su marido Carlos Baute y la situación que atraviesa su país.
Durante unas horas, Astrid se separó de sus dos hijos Markuss y Liene, para asistir a su primer proyecto laboral tras dar a luz. La mujer de Baute nos confesó que sus hijos "no la dejan dormir". "Dedico casi todo el día a mis labores de madre, pero intento buscar hueco para mí. Para disfrutar de lo que me gusta. Aunque es muy complicado". No obstante, confesó que tanto ella como su marido no descartan ir a por un tercero "aunque quieren esperar un poco para disfrutar del crecimiento de Markuss y Liene. Carlos me pide calma, pero sé que es el primero al que le gustaría".
Además, desveló que no tiene ningún miedo a vivir sola pues está acostumbrada desde los 18 años. "Viví muchos años sin mis padres ni mis hermanos en EEUU. Sé manejarme por mí misma por eso no llevo mal las ausencias de Carlos. Cuando está de gira, siempre estamos en contacto".
También habló sobre lo duro que es vivir lejos de su país, a pesar del amor que tiene por España. "Tanto con Carlos como con mi familia de Venezuela no pierdo el contacto diario gracias a las nuevas tecnologías". Y destacó que, a pesar de lo complicada que es la vida allí, la gente "es increíble. Al igual que su gastronomía. Es un país precioso donde pasé una infancia maravillosa. Quiero que mis hijos conozcan la cultura venezolana". Aunque descarta regresar a Caracas: "Allí viví cosas horribles. No me voy de España, estoy enamorada de este país".