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El lado oscuro de Parchís: sexo, drogas y abusos

Estos días los miembros fundadores del quinteto se han vuelto a encontrar en Barcelona para rodar un documental.

Estos días los miembros fundadores del quinteto se han vuelto a encontrar en Barcelona para rodar un documental.
Parchís | Archivo

Los hoy cincuentones que nos lean seguro que, en elevado número, tendrán algún recuerdo del grupo infantil Parchís, que les alegró muchos momentos entre los años 1979 y 1985, con una posterior etapa ya con distintos componentes que culminó en 1992. Estos días los miembros fundadores del quinteto se han vuelto a encontrar en Barcelona, para rodar un documental donde hacen repaso tanto de sus éxitos como de otros asuntos menos conocidos: consumo de drogas, juergas de sexo, y abusos que detectaron en la compañía discográfica que los lanzó a la popularidad.

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En la época de la aparición del microsurco, primeros años de la década de los 50, la única discografía dedicada a la gente menuda constaba como repertorio los cuentos clásicos de los hermanos Grimm y Perrault, que grababan voces de la radio. Surgieron estrellas del cine, casos de Joselito, Marisol, Rocío Dúrcal… Pero hasta bien entrados los años 60 no se conocieron canciones dedicadas especialmente a la grey infantil. Más adelante, Enrique y Ana y un conjunto llamado Los Nins lograron ganarse una abultada cifra de seguidores, de edades comprendidas entre los cinco años y los doce, por acotar una cifra. Cada casa editora buscaba a niños que rivalizaran con los ya conocidos. Y la firma Belter, de Barcelona, tras anunciar en los periódicos una audición de voces adolescentes seleccionó cinco de ellas, agrupadas en Parchís, el nombre que sus ejecutivos aprobaron, teniendo en cuenta que ello recordaba al instante uno de los juegos más populares de nuestro país.

Ellos eran: Tino, Yolanda, Frank, Gemma y Franck. Obviamente, no se conocían entre sí pero con el paso del tiempo formaron casi una pequeña familia, tras convivir seis años entre ensayos, galas, grabaciones, películas, viajes por toda España y Sudamérica. Las canciones de Parchís no rezumaban la ingenuidad de otros grupos. Reflejaban emociones, sueños de chavales. Eran versiones pop de éxitos de adultos. Por ejemplo: "In the navi" (de Village People); "Too much heaven" (de los Bee Gees); "Gloria" (el exitazo de Umberto Tozzi)… Ese primer disco de Parchís fue recibido favorablemente. Como las ventas auguraban un futuro prometedor, Juan Pardo les compuso a propósito "Corazón de plomo" y otros autores hicieron lo mismo. Hizo fortuna el estribillo de uno de esos temas: "Parchís, chís, chís / es el juego de colores / que traemos para ti". Reverdecieron asimismo un ritmo de años atrás con el "Twist del colegio". Al final de su carrera Parchís había registrado más de trescientas canciones agrupadas en treinta y dos álbumes.

De acuerdo con las reglas del parchís, los cinco componentes llevaban atuendo conforme a los diferentes colores de las fichas. Uno de ellos, de blanco, significaba ser el dado. No sólo se hartaron de vender discos a porrillo: en seguida una productora cinematográfica los contrató para su primera película: "La guerra de los niños". Colas y colas se formaban en vísperas navideñas de papás e hijos para solazarse con las aventuras de Parchís en el celuloide. Protagonizaron en total siete títulos, cuatro en España y las restantes en Argentina, el país hispano en el que fueron tan idolatrados como entre nosotros, amén de la buena acogida en otros de habla española.

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Y como ha ocurrido tantas veces en otras formaciones musicales, uno de los fundadores de Parchís, Tino, los dejó para intentar abrirse paso como solista (lo había sido ya en el grupo) y tuvo que ser sustituido en 1983. En adelante, Parchís fue perdiendo fuelle y dos años más tarde, como decíamos al principio, el quinteto se deshizo, aunque posteriormente otros componentes reanudaron el mismo estilo y repertorio. Mas ya no fue igual y cuanto consiguieron los primeros chicos de Parchís quedaron para el recuerdo.

Y ¿qué pasó de aquellos cinco "fichas" musicales de Parchís? El mentado Constantino (Tino) Fernández Fernández no tuvo suerte en su etapa de solista, tras intentarlo con la grabación de tres discos, que pasaron sin pena ni gloria. Temporalmente ejerció el periodismo deportivo en la Ciudad Condal, donde un aciago día fue víctima de un accidente automovilístico, que le produjo un severo traumatismo de cráneo encefálico, perdiendo el brazo izquierdo. Eso acaeció en 2002. Luego se buscó la vida como pudo residiendo entre Buenos Aires y Barcelona. Del resto de sus antiguos compañeros sabemos que Yolanda, hija del celebrado trompetista y director de orquesta Rudy Ventura, se marchó a México, trabajando en culebrones para la cadena Televisa. Contrajo matrimonio con el actor Alejandro Aragón, tuvo un hijo y en la actualidad es pareja de otro actor azteca, Odiseo Bichir. Su colega Gemma Prat cursó estudios de Puericultura y en el presente es administrativa en una empresa. Está casada y es madre de una niña. David Muñoz fue siempre el bailón del grupo, habilidad que dejó al abandonarlo, época en la que se marchó a Escocia, estudió Ciencias Económicas y finalmente se estableció en los Estados Unidos, donde labora en una empresa de diseño. Está casado. Finalmente, Frank Díaz acabó como modelo publicitario, luego lideró un conjunto rockero siendo ahora empresario. También contrajo matrimonio.

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Esos cinco jóvenes se reunían al menos una vez al año. Y en 2017 decidieron recordar su pasado a través de un documental. El obstáculo principal: no disponían de suficiente dinero para financiarlo. Es cuando entró en acción una plataforma llamada Verkami, que movilizó en las redes sociales a los "fans" de Parchís, que se cuentan por millares. De ese modo reunieron cuarenta mil euros, que han servido para financiar la filmación de ese documento sonoro, que han estado rodando días atrás y piensan, una vez rematado el montaje, estrenarlo de aquí a seis meses, más o menos, en noviembre si es posible.

En ese documental de Parchís refieren infinidad de anécdotas. Cuentan experiencias no siempre agradables, cuando se metían en ciertos líos, acababan algunas noches con descomunales cogorzas, y además de abusar del alcohol, se metían" polvo blanco, inconscientes de lo que ello suponía. Los tres varones han referido en ese trabajo cinematográfico otras veladas acompañados de las "groupies" que les seguían a todas partes: admiradoras que no los dejaban solos, culminando las jornadas en juergas interminables de sexo. El lado más crítico en la historia de Parchís tiene que ver con sus finanzas: los cinco se consideran estafados por empresarios y casa de discos. "Nos explotaron", resumen al unísono.

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