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La embrollada relación de Mar Flores y Cayetano Martínez de Irujo

Carlos Pérez Gimeno y Paloma Barrientos abordan toda la actualidad rosa en esRadio.

Crónica Rosa: La polémica biografía de Cayetano Martínez de Irujo

El audio empezará a sonar cuando acabe el anuncio

Carlos Pérez Gimeno y Paloma Barrientos abordan toda la actualidad rosa en esRadio.
Mar Flores y Cayetano | Gtres

Las memorias de Cayetano Martínez de Irujo, De Cayetana a Cayetano, aún no han salido a la venta pero ya están siendo noticia. La crónica rosa de Es la mañana de Federico, con Paloma Barrientos y Carlos Pérez Gimeno, profundizó en algunos de los secretos que Cayetano airea en su libro.

En el libro, del que LOC ha adelantado ya un capítulo y XL Semanal una entrevista, el conde de Salvatierra asegura que, aunque no es el duque de Alba, sí es "el heredero moral de Cayetana de Alba".

Además, profundiza en su propia vida sentimental, incluyendo cuando con 16 años salió con una mujer mayor. "Fue la primera de muchas. Me recogía en su coche, me daba 20.000 pesetas para que pagase yo en los estupendos restaurantes a los que acudíamos. Después, las copas en Mau Mau, que abría sus puertas a partir de medianoche. Dormíamos juntos y el lunes me llevaba al colegio".

Naturalmente, hay otros amoríos en la vida de Cayetano. Como por ejemplo el de Mar Flores, a quien califica de "fría y maquiavélica. La horma de mi zapato". "Ahí no estoy de acuerdo con Cayetano. Ella fue quien pagó, ayudó y mantuvo en una época complicada a Cayetano", explicó la periodista Paloma Barrientos en esRadio, dando una visión distinta de esa relación. Hay, también, una modelo que le mete en "las drogas y ese lado oscuro" pero que no es la modelo y empresaria y que lleva directamente a otro de los elementos desvelados por el conde: su pasada adicción a la cocaína.

Un episodio de su vida que compartió con Pocholo Martínez Bordiú como compañero de juerga continua. "Me acerqué al mundo de las drogas. Me perturbó por completo la coca, que corría por los locales de Madrid con gran facilidad. Padecía un problema emocional, era carne de cañón para convertirme en prisionero de algunas sustancias. Solo era un chico triste y desencantado, sin consejos, sin guía y con una importante contradicción interna", explica él mismo en XL Semanal.

Eso mismo le llevó también a coquetear con la Cienciología: "Durante dos años estuve en la Cienciología. Fue difícil salir, la verdad. Me costó dos millones de pesetas", dice en relación a esa etapa.

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