
El entorno de Mario Vargas Llosa valora muy positivamente la ruptura con Isabel Preysler. Según cuenta Semana, los tres hijos del escritor están encantados, y fuentes cercanas a la familia señalan que "consideran que han recuperado a su padre".
A Preysler, según las fuentes manejadas por la publicación, "no la soportan", y de hecho "la querían lejos de su padre". Valoran la ruptura como "un alivio" y "una felicidad" ya que "nunca simpatizaron con ella". "Los hijos nunca han tragado a Preysler. La relación con ella ha sido la justa y obligada" y los tres se pusieron de parte de su madre desde el comienzo. Desde el "minuto cero dieron la espalda" a Preysler.
En efecto, los hijos de Vargas Llosa nunca tuvieron en buena consideración a Preysler y su entorno, representantes de cierta cultura del espectáculo que denostaban. También porque el romance comenzó como "fruto de una infidelidad" a Patricia Llosa, subrayó en su momento Gonzalo Vargas Llosa, uno de los más beligerantes contra la socialité filipina.
Morgana, por su parte, "es su única hija y la niña de sus ojos. Una niña de su papá.. .Siempre estuvo muy unida a su padre". El romance con Preysler tampoco le sentó bien: "Jamás vio con buenos ojos que su padre lo dejara todo por la Preysler", y por tanto, "aquello marcó un distanciamiento entre ellos".
De momento -los hijos saben de la ruptura desde hace dos semanas- la relación con su padre ya ha mejorado. De hecho, "en los últimos meses han podido pasar algo más de tiempo con él porque la relación ya estaba herida de muerte".


