
Cristiano Ronaldo y Georgina Rodríguez ya se encuentran asentados en Riad tras el flamante fichaje del futbolista por su nuevo equipo saudí: el Al Nassr. La pareja, acompañada por sus hijos, aterrizó la semana pasada en Arabia Saudí con tratamiento de jefe de estado y recibido con infinidad de flores.
A pesar de que el exjugador del Manchester United se ha convertido en el mejor pagado del mundo, la vida fuera de Europa será muy distinta para ellos, sobre todo para Georgina, que tendrá que acatar las normas de un país marcado por sus fuertes convicciones religiosas.
La modelo tendrá que cambiar ciertos hábitos de vida para adaptarse a la cultura y a las restrictivas leyes que imperan sobre la mujer, sobre todo en cuanto a la forma de vestir. Georgina deberá mostrar decoro y no utilizar ropa ajustada ni transparencias, aunque no estará obligada a llevar en público la abaya, una túnica talar de color oscuro. Entre las restricciones también entran cuestiones relacionadas con el ocio.
A pesar de todo, sí habrá una excepción para ellos y es la ley que tiene que ver con el matrimonio. Un hombre y una mujer no pueden vivir juntos en Arabia Saudí si no están casados, pero para Georgina y Cristiano habrá una excepción. "Aunque las leyes del reino todavía prohíben la convivencia sin un contrato de matrimonio, las autoridades han comenzado recientemente a hacer la vista gorda y ya no persiguen a nadie, aunque estas leyes sí se utilizan cuando hay un problema o un delito", señaló un abogado en declaraciones a la agencia EFE.
Pese a esto, las libertades que se le otorgan a los extranjeros que residen en el país árabe no se aplican, bajo ningún concepto, a los habitantes de nacionalidad saudí. Según los expertos, existen dos opciones para que la pareja de Cristiano pueda vivir con él durante su estadía en el territorio árabe.

La primera consiste en que Georgina entre al país con el patrocinio del Al Nassr, a través de un visado expedido por separado y así pueda vivir donde ella desee. La segunda opción sería obteniendo una visa de turista de un año, que le permita residir en el país durante 90 días seguidos en cada visita.
Cabe destacar que la situación de Georgina no constituye algo nuevo ni tampoco es inusual. Muchos futbolistas que han pasado por la liga árabe también han gozado de un trato diferencial y pudieron convivir con sus parejas sin ser objeto de persecución.


