
Tamara Falcó lleva ya quince días ingresada en la clínica Buchinger de Marbella para asegurarse de presentar el mejor aspecto posible el día de su boda. Y hoy jueves, fecha de su aparición semanal en El Hormiguero, sale de su ingreso para -con toda probabilidad- contar los últimos avances e imprevistos en la cuenta atrás para su boda con Iñigo Onieva.
Tras conseguir hoy el alta -algo que relató el periodista Daniel Carande en la crónica rosa en esRadio-, la marquesa de Griñón tiene además que hacer frente a una nueva decepción: no podrá usar fuegos artificiales el próximo 8 de julio, al menos hasta que las autoridades de Aldea del Fresno no le den la autorización pertinente. Cosa que de momento no ha ocurrido y es difícil que pase.
La causa, tal y como se dijo en la crónica rosa de esRadio, el gran "peligro de incendio" que hay en la zona en los días de más calor y verano. "Un problema más para Tamara" que, tal y como opinó en la crónica rosa de esRadio Federico Jiménez Losantos, ocurre por "la manía de los ecologistas de no limpiar el monte", razón por la cual es más fácil que ocurran los incendios.
Un nuevo revés que refuerza la fama de gafe de la boda, después de su cancelación y ruptura, lo ocurrido con el vestido de Tamara Falcó y, lo último, los esfuerzos de Carolina Molas por no formar parte de la exclusiva.
El director de Es la mañana de Federico también explicó el tratamiento que Tamara Falcó ha seguido en los últimos días en la Buchinger. "Te sientes tan bien, pierdes peso, te dejan la piel de bebé, pierdes toxinas y además te sientes bien porque has hecho ejercicio. Y te apetece comer".
Una experiencia, sin duda, en la que "también te hacen un tipo de comida para mantener tu dieta porque te detectan lo que falla. Son una serie de cosas que para quince días lo aguantas bien", dijo sobre su relativa dureza pero indudables efectos positivos.


