Tamara Falcó e Iñigo Onieva ya están en la finca El Rincón donde a lo largo de la tarde de este sábado se han dado finalmente el 'sí quiero' después de unos meses convulsos entre rumores de nuevos engaños por parte del empresario. Sin embargo para la marquesa de Griñón han pesado más otras cosas y confía plenamente en que su futuro marido ha cambiado y es un hombre nuevo desde que retomaron su relación y sus planes de boda.
Hasta la finca se han trasladado más de 400 invitados que han sido recibidos por una ingente cantidad de miembros de seguridad. Allí han tenido que acreditarse antes de entrar en las inmediaciones. Además, la mayoría de los asistentes han tenido que dejar en unas consignas tus teléfonos móviles por petición de los propios novios, para así evitar cualquier tipo de filtración a la prensa y así proteger la exclusiva de la revista Hola que podremos ver este lunes.
A lo largo de esta tarde de este sábado hemos visto a los novios entrando a la finca propiedad de la marquesa. Ella lo hacía muy sonriente, bajando la ventanilla para poder saludad rápidamente a los medios de comunicación que allí se congregaban. Ha aparecido vestida de blanco, con algo de maquillaje previo al definitivo y con el pelo suelto. "Todo muy bien" han sido las únicas palabras que ha pronunciando Falcó a escasas horas de convertirse en mujer de Iñigo Onieva. Iba acompañada por parte de su equipo de estilistas y maquilladoras, así como por algunos miembros del personal de seguridad.
El novio por su parte ha llegado más tarde en compañía de su grupo de amigos, que le han acompañado durante toda la tarde en su piso de Madrid donde han comenzado a hacerse las primeras fotografías de la exclusiva en las que aparecerá brindando con cava, así como la puesta de los gemelos que lucirá durante el evento(uno de ellos con forma de T, dedicado a Tamara). A su llegada a El Rincón, ha reconocido encontrarse "muy bien" y con "muchas ganas" de cumplir el sueño de su vida.
La ceremonia
A las 20:14 horas ese deseo se hacía realidad y Tamara Falcó e Iñigo Onieva se convertían en marido y mujer en una ceremonia religiosa cargada de emotividad y sentimiento. La novia ha partido hacia el altar a las 19:45 de la tarde, que ha abandonado la habitación que perteneció a su tía Paloma, primera dueña de la finca, y que ha elegido entre todas las estancias para vestirse y maquillarse. Lo ha hecho del brazo de su hermano mayor y padrino Manuel Falcó y junto a los pajes y damas de honor, entre ellos los hijos de su hermana Ana Boyer.
Aunque ha trascendido poca información sobre el vestido de novia de Tamara, su revista de cabecera, Hola, avanza que se trata de un diseño con velo, cubriendo el rostro de la novia.
A su llegada al altar ha emocionado a Iñigo, que la esperaba con un elegante chaqué realizado a medida por Canali y una corbata de la firma E. Marianella. En ese momento, Carolina Molas ha roto a llorar debido a la emoción del momento, suponemos que recordando los complicados episodios que han tenido que atravesar hasta llegar a ese instante.
Durante la ceremonia ha habido emotivos recuerdos a Carlos Falcó, fallecido en marzo de 2020 a causa del coronavirus, así como un rito del matrimonio oficiado por el padre Ángel y el padre José Luis.