
Gabriela Guillén rompe su silencio a lo grande. La madre del futuro hijo de Bertín Osborne aparece en Y ahora Sonsoles para hablar de la soledad de su embarazo y arremeter contra el cantante, que le ha pedido una prueba de paternidad una vez nazca el bebé.
De hecho, antes de sentarse en el plató, Gabriela ha acudido a un centro especializado en ecografías en 5D con una amiga para hacerse una 'ecografía emocional' a pocas semanas de dar la bienvenida a su hijo. "Ha ido muy bien, estoy muy contenta, muy feliz. He podido verle la carita y ya se ve a quién se parece", dice, sin querer aclarar si es a ella o a Bertín.
No es la primera vez que Gabriela acude al programa de Sonsoles Ónega, pero la primera ocasión la especialista en estética se deshizo en elogios hacia el cantante y presentador, quizá esperando firmar una paz que nunca ha llegado.
Ahora las cosas son distintas de manera significativa, y la prueba es que la entrevista más extensa tendrá lugar en el programa de este martes. "No tengo ningún problema en hacerme esa prueba, no voy a dejar que él me la pida, se la voy a dar yo", dijo a modo de adelanto.
"Él nunca dudó que fuera el padre de mi bebé y ahora de repente lo hace... Alguien se lo ha metido en la cabeza. Yo no voy a esperar a que me pida el test de paternidad, se lo daré yo en cuanto nazca el bebé", dice muy descontenta y cansada de "escuchar mentiras".
Gabriela también ha querido explicar el dardo a Bertín en forma de mensaje que publicó hace unos día en Instagram asegurando que los niños no quieren dinero ni regalos, sino cariño que es lo que realmente importa. Algo que sigue sosteniendo pero que prefiere no decir si va dedicado al cantante. "Es una reflexión nada más, y muy bonita. Soy libre de poner lo que quiero en mis redes y no voy a hacer más comentarios con respecto a él".
Gabriela jura que ha rechazado los pagos ofrecidos por Bertín para hacerse cargo del pequeño, y lamenta que "él no está porque no quiere estar. Aquí ya cada uno somos mayorcitos para saber cuales son nuestras responsabilidades". Muy dolida, la reconciliación parece ya imposible. De modo que ella, tal y como se desprende de sus declaraciones, intenta entregarse a la ilusión de tener al pequeño con la mejor actitud posible, aunque sola.


