En libertad provisional desde el pasado 25 de marzo y tras pagar un millón de euros de fianza, Dani Alves ha cumplido con su cita semanal con la Justicia y ha acudido a firmar, por séptima vez, a la Audiencia de Barcelona cumpliendo así con una de las medidas cautelares impuestas por el juez para su salida de prisión, después de 14 meses en la cárcel de Brians 2 por la presunta violación de una joven en los baños de una discoteca en la madrugada del pasado 30 de diciembre de 2022.
Acompañado por su abogada Inés Guardiola, el ex futbolista ha vuelto a hacer de su paseíllo a los juzgados una pasarela de moda luciendo un look de lo más fashion con pantalón amplio tipo bombacho en color crudo, gorra al tono, camiseta blanca y una cazadora negra con un llamativo bordado en la espalda.
Se trata de su reaparición pública tras su romántica (y lujosa) escapada a Ibiza con su mujer, Joana Sanz para celebrar su 41 cumpleaños. Un viaje que ha desatado una gran polémica porque la pareja se alojó en Hacienda Na Xamena, uno de los hoteles más exclusivos de la isla y que cuesta la friolera de 11.000 euros la noche. Sin duda, un precio no al alcance de cualquier bolsillo que muchos han criticado porque no creen que sea el momento para que Alves haga este tipo de excesos económicos. Ante estos ataques, el brasileño ha preferido no responder, haciendo oídos sordos a las preguntas de la prensa aunque no ha podido evitar que se le escapase una sonrisa.
Un gesto que se ha convertido en un encogimiento de hombros y una cara escéptica al escuchar que a Joana Sanz le han afectado mucho las críticas y ha estallado en redes sociales denunciando bullying y acoso. Sin embargo, ha optado por el silencio como lleva haciendo desde que salió de prisión.