La muerte del matador de toros retirado Pepe Luis Vázquez Silva, de sesenta y siete años, en su finca sevillana de Carmona, se debió a un ictus, según la autopsia realizada al cadáver veinticuatro horas después del óbito.
Los hermanos del diestro han recibido innumerables muestras de condolencias de amigos, toreros y aficionados. Pepe Luis estaba soltero y no se le conocían, dado su carácter discreto, relaciones íntimas femeninas. Lo que en todo coinciden quienes lo conocieron es que era una buenísima persona; eso sí, de carácter introvertido.
Hace pocos meses se ha sabido que acudió a un tentadero en la finca Zaheriche, propiedad de quienes mantienen el legendario hierro de los Miura. Uno de sus responsables, Eduardo, acudió en nombre de su familia al funeral celebrado este fin de semana en Sevilla.
Al tanatorio acudieron asimismo entre otras figuras de la fiesta: Espartaco, Litri, Dávila Miura, El Tato, Juan Ortega, Pablo Aguado, el actor Máximo Valverde (que también se doctoró como matador de toros en su día, de manera ocasional) y otros rostros conocidos. Quien de todos ellos parecía muy afectado era Curro Romero, aquejado de su movilidad; acudió acompañado de su esposa, Carmen Tello, en silla de ruedas. Curro era uno de los máximos admiradores del torero fallecido, entre los de su gremio. Valoraba el estilo puro que atesoraba Pepe Luis Vázquez, del que se recordará su paso por el toreo como un irregular diestro, sí; pero también como genial ejecutante de un dificilísimo arte, propio de unos pocos elegidos.