Menú

La vida de Julián Muñoz junto a Mayte Zaldívar: de camarero a alcalde de Marbella

El que fuera alcalde de Marbella condenado en la operación Malaya saltó a la prensa rosa por su relación con Isabel Pantoja.

El que fuera alcalde de Marbella condenado en la operación Malaya saltó a la prensa rosa por su relación con Isabel Pantoja.
Mayte Zaldívar y Julián Muñoz | Archivo

De tanto aparecer en los medios de comunicación, Julián Muñoz se convirtió en un personaje conocido en toda España. Primero por su acceso al Ayuntamiento de Marbella, del que fue alcalde durante un año. Allí resultó implicado en innumerables casos de corrupción. Su relación sentimental con Isabel Pantoja le supuso ser blanco de los reporteros del corazón. Tuvo una vida rota tras ser condenado a prisión. De su biografía, les ofrecemos en CHIC dos artículos, el primero sobre su existencia hasta ser alcalde, y el segundo acerca de sus amores y su triste final.

Se llamaba Julián Felipe Muñoz Palomo, nacido el 24 de noviembre de 1947 en El Arenal, provincia de Ávila. Su familia era propietaria de unas tierras. Se matriculó en la Universidad Complutense en la carrera de Medicina, pero no pasó del primer curso. Sencillamente hacía novillos y lo único que le atraía era divertirse, engañando a su madre (era huérfano de padre), que le pagaba los gastos y manutención en la creencia de que Julián era un aplicado alumno. Vivía en una pensión. Los sueños maternos de verlo médico, se esfumaron. Murió ella y él tuvo que ponerse a trabajar como visitador de unos laboratorios. Lo contaba muy bien la excelente periodista Ángela Portero.

Con el tiempo, ya con apartamento alquilado, conocería a Mayte Zaldívar, que residía en el mismo edificio que él. No está claro si fue en esas inmediaciones cuando establecieron sus primeros contactos o en el club nocturno donde ella trabajaba de camarera, La Poupée, a espaldas de la calle de la Princesa. De allí la sacó Julián.

¿Quién era Mayte? Una mujer de gran belleza rubia, cuyo nacimiento no sabemos si fue en Castellón de la Plana o en Marbella, pues ambos lugares figuran en varias biografías. Sí que era hija de un guardia civil, nacida hace sesenta y siete años, que se crio en la casa cuartel del barrio marbellí de Leganitos. En 1973 fue Miss Autoescuelas,

Rival en ese concurso de Norma Duval (elegida Miss Madrid ese año). Mayte soñaba con ser actriz de cine, y fue "extra" en dos películas producidas por Espartaco Santoni, una de ellas Pepita Jiménez. Conoció en la Costa del Sol a un hombre ya casado, J.J. Núñez, propietario de una cadena de autoescuelas, y tuvo con él una hija, Eloísa. La pareja se instaló en Madrid, él dejó a su esposa y al poco tiempo se mató en accidente de tráfico. Poco después es cuando entra en la vida de Mayte Zaldívar Julián Muñoz. Se fueron a vivir a San Martín de Valdeiglesias (Madrid). Julián adoptó a la hija de Mayte. Montaron un negocio, que les fue mal. Y arruinados, salieron de allí, rumbo a Marbella, tras dejar un pufo a un montón de acreedores.

Se casaron en 1974, siendo padres de una niña, Elia. A Julián, si iba algunas veces a su pueblo, lo recordaban con el mote de Cachuli, cuyo origen estaba en la manera con que lo llamaba un niño de su familia, al no pronunciar correctamente su apelativo familiar, Juli. Huyendo de su mala situación económica se fueron a Marbella, a casa de los padres de Mayte, quien en un cine de Puerto Banús consiguió un trabajo de taquillera y acomodadora, en tanto Julián lograba otro de camarero, cosa que no había hecho en toda su vida, aunque pronto se sintió orgulloso de echar bien una caña de cerveza. De vivir aquella primavera en una barriada modesta pasaron a montar un restaurante propio, Mayte I, que les fue muy bien, al punto que abrieron otro en el mismo Puerto Banús, Mayte II.

Y en uno de esos establecimientos acertó a acudir un día Jesús Gil, quien se hizo asiduo. Ello le procuró mantener conversaciones amistosas con Mayte Zaldívar, a la que propuso llevarla al partido político del que era líder, el GIL (Grupo Independiente Liberal) convirtiéndola en concejala de festejos. Ella respondió que trabajaba de cocinera en su propio negocio y que quien podría aceptar ese cargo sería su marido. Fue entonces cuando Gil estrechó la mano de Julián Muñoz y éste pasó a formar parte de sus huestes.

Fue el 2 de mayo de 2002 cuando por una serie de carambolas políticas Julián Muñoz accedió a ser alcalde de Marbella. Jamás había soñado año atrás con tal cargo. Y allí inició su periplo como munícipe sintiéndose un privilegiado con delirios de grandeza. Y Mayte Zaldívar orgullosa de su marido y ella primera dama de la capital de la Costa del Sol. Julián sólo fue alcalde un año. Una moción contra él de los miembros de la oposición lo desbancaron el 13 de agosto de 2003. Entre tanto, durante ese año, había conocido a Isabel Pantoja, plena de ambición, a la que eligió como una especie de relaciones públicas de Marbella, con esa frase que reza ser la imagen de tal o cual sitio o marca.

Tarde o temprano la justicia entraría a saco en los estropicios que tanto el gobierno local presidido por Jesús Gil y luego por Julián Muñoz originaron en las arcas del municipio marbellí. Cuantos participaron en negocios sucios, en flagrantes casos de corrupción, serían poco a poco detenidos y condenados. Julián Muñoz argüía que él seguía, primero, las instrucciones de su jefe, Jesús Gil y Gil, a la sazón presidente del Atlético de Madrid, quien se sirvió de su política populista para vender pisos y convertirse en millonario. Lo demás le traía al pairo, incluso el fútbol. Cuantos tenía a su servicio le hacían el trabajo sucio.

Utilizaban el suelo público para que constructores sin escrúpulos fueran alterando la fisonomía de la ciudad costera con edificaciones ilegales, permitidas por Gil y sus secuaces, entre ellos Julián Muñoz, quien a poco de sentarse en el sillón de la alcaldía fue independizándose, haciendo oídos sordos a cuanto le ordenaba Jesús. Entre ambos, en un programa de televisión en Telecinco, se dijeron barbaridades, denuestos en los que poniéndose a caldo mutuamente sólo evidenciaban la corrupción cometida, los millones que pudieron llevarse, que cuando fueron condenados jamás aparecieron.

Hasta poco antes de ser expulsado de la alcaldía, Julián y Mayte se llevaban estupendamente, en un ambiente familiar próspero con sus dos hijas. Hasta que un día, él decidió contratar a Isabel Pantoja en dos conciertos a celebrar en Marbella. Aunque se conocían de tiempo atrás, en aquel 2002 intensificaron sus relaciones, ella pasaba días en la ciudad y Julián le cedía un coche oficial para sus desplazamientos. En algunas cenas y celebraciones, estaba claro que entre ambos había nacido algo más que una simple amistad. Lo curioso es que Mayte Zaldívar estaba al lado de ellos. Hasta que dijo ‘¡basta!’ Contaría aquello de las bolsas negras de plástico destinadas a la basura, y que llegaban a su casa, destinadas a Julián Muñoz. Bolsas llenas de billetes de euros, de los de color rosa, los de quinientos, que los llamaron Bin Laden, porque se veían poco circulando.

Julián Muñoz, cuando en rueda de prensa en el ayuntamiento le preguntaron si era verdad que se iba a separar de Mayte por culpa de la Pantoja, él lo negó. Tres veces, como San Pedro. Mintió descaradamente. Transcurría ya 2003 y Mayte dejaba a Julián y éste se iba a vivir con la cantante. (Continuará en un segundo y último capítulo).

Temas

En Chic

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal