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Isa Pantoja desvela, previo pago, el episodio de las tijeras y la manguera: "Me arrodillé y pedí auxilio"

La hija de Isabel Pantoja contó el traumático episodio que vivió en Cantora durante su adolescencia.

La hija de Isabel Pantoja contó el traumático episodio que vivió en Cantora durante su adolescencia.
Isa Pantoja | Telecinco

Isa Pantoja retoma su cruzada contra su madre Isabel Pantoja y su hermano Kiko Rivera, desvelando nuevos episodios de su complicada infancia y adolescencia. En una nueva entrevista en el plató de De viernes, habló al fin sobre uno de los episodios más controvertidos de su estancia en Cantora: cuando su madre le cortó el pelo y su hermano la bañó desnuda con una manguera al descubrir que mantenía relaciones con el que entonces era su pareja y que escondía un teléfono móvil para comunicarse con él.

Aunque durante estas semanas Isa Pantoja aseguraba que nunca hablaría sobre este capítulo tan "traumático" de su vida, parece que don dinero ha sido definitivo en su decisión de compartir con el público sus vivencias: "Va a ser la primera y la única vez que yo vaya a poder contar estas cosas", dijo. "He dado el paso de contarlo porque se habían contado muchas versiones y me empezaba a sentir que estaba loca".

Todo se remonta a la época en la que Isa Pantoja vivía con su madre, su tío y su abuela en la finca Cantora, después los años locos en Marbella con Julián Muñoz y mientras realizaba sus estudios en un colegio de Madrid. La joven, que ya tenía dieciséis años, había comenzado una relación con un chico a espaldas de su familia y para tener contacto con él, se hizo con un teléfono móvil que escondió durante meses: "A mi no solo me quitan un teléfono o tener novio con 16 años, me quitan todo porque yo tenía mi vida proyectada en Madrid. Cuando me entero de que me van a cambiar de colegio se me derrumba todo".

Y continuó: "Cuando nace mi sobrino, voy a Sevilla, y mi hermano no estaba en su casa y veo a este chico allí y mi hermano no me había dado permiso. Semanas después se lo cuento a Aguasantas (que era novia de su primo Manuel Cortés)", dijo. Y, semanas después, en diciembre, se entera el resto de la familia. Esto fue lo que desencadenó el castigo del corte del pelo y, después, el grave episodio de la manguera.

"Yo recuerdo estar en el salón y que ella vino a mi, insultándome y diciéndome de todo en el salón (...) Todo se derivó porque ella supo que ese chico había entrado en casa de mi hermano pero luego realmente el cabreo de ella es que sabía que yo tenía un teléfono que tenía en unas botas de pelo", narró. A partir de ese momento empieza un forcejeo hasta que finalmente Pantoja arrinconó a su hija con unas tijeras en la mano: "Cuando me cortó el pelo me dijo 'Te voy a devolver a Perú' y me fui corriendo a mi habitación", contó completamente rota.

Fue entonces cuando la tonadillera llamó a su hijo Kiko y le pidió que acudiese a Cantora para ayudarle con la situación: "Yo lo que digo desde el baño es que me quería morir y que quería salir de allí. No quería intentar suicidarme en ningún momento. Pero cuando abrí la puerta recibí una bofetada de Kiko. Por mucho que corra, Kiko tardó cincuenta minutos, yo no puedo estar cincuenta minutos hiriéndome", dijo, dejando claro que en ningún momento quiso quitarse la vida, como aseguró su hermano hace años en una revista.

"Me arrodillé y pedí auxilio"

A partir de aquí se desencadena el episodio de la manguera que tanto ha dado que hablar en los últimos años: "En el porche, mi hermano me dijo que me quitara la ropa. Es cuando mi madre se echa las manos a la cabeza y se va. Y yo le grito 'dijiste que siempre estarías cuidándome'. Es cuando empezó a regarme mientras me pregunta por el teléfono. Me arrodillé ante él y grité fuerte 'no me hagas nada, por favor, auxilio'".

Un grito que se escuchó en el interior de Cantora y que solo tuvo respuesta por parte de su tío Agustín que salió al porche a auxiliarla: "Mi tío es el que me coge y es cuando vienen con la toalla, me la pone por encima, y entramos a una chimenea que nunca suele estar encendida salvo cuando hace mucho frío", recordó. Allí, ante las preguntas de Agustín, finalmente confiesa que tiene un teléfono y lo tira a la chimenea: "Mi madre me lleva a su cuarto porque tenía agua más caliente que en mi habitación y me deja ducharme allí sola. Cuando me miro en el espejo no me reconocía, tenía el pelo destrozado".

Desde entonces, la vida en Cantora continúo con normalidad y nunca más se habló del tema: "Y a pesar de esto, les quiero pedir perdón por no haber cumplido expectativas como hermano y como hija, pero para mi hacer esto, y pedir perdón y poder contar todo, para mi es mucho más que el que la gente me crea o no. Estoy tranquila porque he contado lo que realmente es, lo que he vivido. Nunca se lo he contado a nadie".

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