
La segunda parte de la revancha de Bárbara Rey contra todos aquellos que han hablado de ella en los últimos años continúa su periplo en Telecinco. Bajo el nombre de Bárbara Rey, mi verdad, este lunes el programa especial que emite la principal cadena de Mediaset se centró en la relación de su protagonista con su hijo Ángel Cristo. Aunque el trato entre ellos nunca ha sido fácil, algo que hemos descubierto en los últimos tiempos gracias a testimonios que así lo han confirmado, lo cierto es que nada hacía presagiar que fuesen a llegar al punto en el que nos encontramos en estos momentos.
La actriz asegura sentirse "traicionada" por su hijo después de que en estos meses se haya dedicado a airear en los platós de televisión su traumática infancia, la influencia de su madre en algunos de los momentos más complicados de su vida, así como la venta de las comentadas imágenes junto a don Juan Carlos. "Todavía no me puedo creer que todo eso haya salido de la boca de mi hijo", dijo este lunes en el programa presentado por Santi Acosta.
Entre otras cosas, desmintió que suministrase el medicamente orfidal a su hijo en el biberón, tal y como Ángel Cristo aseguró: "Yo tendría que estar loca para poner orfidal en el biberón a mi hijo, puedes matar a un niño dándole cualquier cosa siendo pequeño. Es de una maldad infinita querer hacer ver a la gente que soy una mala persona, es como si yo hubiera un bicho, un ser totalmente despreciable y que no tengo escrúpulos", señaló, asegurando que estando con ella, el niño "jamás tomó ningún tipo de medicamente".
Sí acudió a terapia psicológica, debido los terrores nocturnos que le había provocado la complicada situación familiar: "Estando conmigo nunca ha tomado ningún medicamento, lo he llevado al psicólogo en alguna ocasión cuando era pequeño, tenía mucho miedo a dormir solo, tenía problemas de algunas veces que se hacía pis en la cama hasta muy mayor. Empieza a tomar medicación cuando es mayor y me entero por él, se le altera mucho el carácter y es una de las formas de que él esté más relajado y tranquilo (...) "¿Cómo puedes llamar a tu madre maltratadora? Es lo más fuerte que yo he escuchado de mi hijo, ¿dónde está el maltrato?".
Ella en cambio sí asegura haber sentido "miedo" en ocasiones al lado de su hijo: "Hubo un momento que era imposible vivir con él, hubo como quince o veinte días que yo no iba por casa, le dije que se fuera. He tenido miedo, espero que nunca me obligue a contar por qué, algunas veces he estado en mi habitación encerrada y otras veces en la calle". Unos capítulos muy oscuros de la vida de su hijo de los que no quiere dar más detalles, pese a tener el apoyo de su hija Sofía, que la ha animado no solo a hacerlo público, sino a denunciarlo en un juzgado: "Es mi hijo, por favor".
Sobre esa presunta infancia traumática que ha narrado su hijo, Bárbara niega que "cargase de responsabilidades" a su hijo como este ha asegurado: "Eso es mentira. Son cosas que están en su cabeza, no dudo que incluso se lo crea, me gustaría saber qué puede hacer un niño con esa edad de obligaciones. Que me ayude con el jardín de mi casa, pues sí, lo siento mucho por él si se hizo daño en los riñones ayudándome a plantar unos geranios".
Califica de "indigno" lo que su hijo está haciendo con ella: "Es indigno lo que estás haciendo con tu madre. Si yo fuera tan malvada como tú no sabes la cantidad de barbaridades que podría decir y son ciertas, no mentiras como las que tú has dicho (....) No sé qué pretende con eso, pretende dar a entender cosas que no tienen nada que ver con la realidad... me parece tan triste que un hijo diga eso, que le produce rechazo la piel de la mujer que le ha dado la vida. Es de una maldad infinita".
Aunque Bárbara considera a su hijo como el principal verdugo en esta historia, también señala a su mujer, Ana Herminia, como instigadora: "No tengo ninguna nuera ahora mismo, la familia es otra cosa distinta, hay unión, respeto y en este caso eso no existe. Yo no tengo nada con esta señora, solo se que la he tratado muy bien". Cuando la conoció le pareció una mujer "encantadora" que desea que "haga feliz a su hijo".