
El príncipe Karim al Hussaini Aga Khan IV, filántropo y líder espiritual de los musulmanes ismaelitas, falleció el pasado martes en Lisboa a los 88 años de edad rodeado de su familia. Su fundación, Red de Desarrollo Aga Khan (AKDN, por sus siglas en inglés), informó en un comunicado de la muerte del 49º imán de los musulmanes chiíes ismaelitas y "descendiente directo del profeta Mahoma". La nota agregó que, tras el deceso, se anunciará su sucesor designado.
Nacido en Suiza en 1936 y criado en este país y en Kenia, estudiaba en Harvard cuando fue nombrado imán de entre los 12 y 15 millones de ismaelitas que se calcula que hay en el mundo en 1957 por su abuelo, sir Sultan Mahomed Shah Aga Khan.
Conocido por sus mansiones opulentas y su gusto por las carreras, Aga Khan fue conocido por su labor como filántropo y ser el responsable de la red de instituciones en todo el mundo dedicadas a la educación, la salud, el desarrollo social y económico, y la cultura. En una de ellas continúa trabajando la infanta Cristina de Borbón, puesto que consiguió gracias a la íntima amistad que unía al príncipe y su padre, Juan Carlos I.
No se sabe a ciencia cierta a cuánto ascendía su fortuna, que hay quienes la sitúan en miles de millones de dólares. Dos veces casado y con cuatro hijos, creó un imperio empresarial que va desde el sector bancario hasta los hoteles.
En los años 60 fundó el enclave turístico de lujo de Porto Cervo, en Cerdeña (Italia), y el club de yates Costa Smeralda, que se convirtió en un polo de atracción de la realeza europea, actores de Hollywood y famosos de la época. Aun así, en las entrevistas se definía como un líder religioso más que empresario y afirmaba estar centrado en combatir la pobreza promoviendo la autonomía de las personas y la cultura.

