
La entrevista de Kiko Rivera en el programa De Viernes de este pasado 14 de noviembre abordó los temas más delicados de su vida personal y familiar, desde la ruptura matrimonial hasta su batalla contra las adicciones.
Uno de los principales ejes de la conversación con Santi Acosta y Beatriz Archidona fue su reciente y comentada separación de Irene Rosales. Kiko Rivera confirmó que la relación llevaba tiempo desgastada, admitiendo que en su apresurada relación, "el hecho de que se viniese conmigo, nos casásemos, tuviésemos una niña tan rápido, no nos dio tiempo a disfrutar de la pareja".
Se culpó por haber arrebatado a Irene etapas de su vida, ya que ella "salió de su casa tan joven para venir a vivir conmigo en la peor etapa de mi vida, pues no fue lo mejor". El DJ reconoció que las infidelidades que él cometió fueron el factor que más deterioró y acabó por romper el matrimonio. "Ella me perdonó, eso ha desgastado más el matrimonio. Lo intentamos, pero ya no había forma de remontar", confesó.
En su reflexión, aseguró estar en una nueva etapa, afirmando ser "feliz" centrado en sí mismo y sus hijos, y aunque no está cerrado al amor, tampoco tiene "ganas" de buscarlo.
Batalla contra las adicciones
Rivera volvió a hablar sin tapujos de su pasado con las adicciones y el punto de inflexión que supuso el ictus que sufrió, lo que le hizo buscar ayuda profesional. Relató que pensó que se moría y el susto le sirvió para darle una "segunda oportunidad" a su vida.
En este proceso, destacó el apoyo de Irene, pero se defendió con contundencia de las insinuaciones de los colaboradores, sentenciando: "El único que se salva de los problemas de adicción soy yo. No te lo voy a permitir". Afirmó llevar cerca de seis años "limpio", aunque es consciente de que "siempre lo tiene ahí" y que la tentación existe. Mencionó la operación de corazón que le obligó a ir al médico tras experimentar un cansancio extremo que resultó ser una angina de pecho, otro susto de salud que se suma a su difícil historial.
Nula relación con su madre y perdón a su hermana
La relación con su madre, Isabel Pantoja, fue otro de los puntos tensos de la entrevista. Kiko Rivera evidenció el profundo abismo que los separa, recordando el episodio del ictus: "Tuve el ictus y a mi lado estuvo Irene, pero mi familia no".
Señaló la diferencia entre la madre que echó en falta y la figura pública: "El primer día vino mi madre, el segundo Isabel Pantoja", explicando cómo ella intentó "poner todo ello como ella quería" en el hospital. La relación sigue siendo nula tras años de conflictos.
Más arrepentido se mostró en lo relativo a su relación con Isa Pantoja, y lamentó no haber "podido estar a la altura de lo que esperaba de mí" y expresó su deseo de reconciliación: "Me encantaría que pudiéramos sentarnos y hablar, llorar, reír", con el objetivo de que sus hijos puedan compartir momentos y "volver a ser una familia".
Reconoció que, en la infancia, su tío Agustín y su abuela no estuvieron a la altura con Isa y que en ocasiones "no se la ha tratado bien" a su hermana, confirmando incluso el polémico "episodio de la manguera" en Cantora. Explicó que "mi madre me pasó el marrón" y él, inmerso en sus propios problemas y adicciones ("llegué a Cantora hasta arriba"), no estuvo preparado para manejar la situación con su hermana, a la que vio "desquiciada".



