En First Dates todo puede pasar, como que una pareja no se atraiga en absoluto pero acaben besándose en el reservado del restaurante y no puedan casi ni contenerse. Enrique y Elisabeth son los protagonistas de esta surrealista situación.
La pareja reconoció que al principio no sintieron ningún tipo de atracción, pero que algo pasó a lo largo de la cita que lo cambió todo. "Cuando te he visto no me has impactado", dijo, ni corto ni perezoso, el hombre a Elisabeth. Todo presagiaba que la cita iba a acabar en ese momento, pero no fue así.
En la cena no pasaba nada -absolutamente nada- pero algo cambió, una mirada, un gesto, una caricia, un click, un algo que nadie sabe, y empezó a palparse la tensión sexual entre ellos, hasta tal punto que Enrique confesó que necesitaba "un poco más de oscuridad". Después de preguntar a una de las camareras que dónde podía encontrar lo que buscaba, ésta les aconsejó ir al reservado.
Allí la pareja empezó a besarse de forma apasionada, con cachetes en el trasero incluidos. Después de ese momento íntimo, la pareja salió y siguió con su cita. Este es un claro ejemplo de cómo se puede remontar una cita que tiene toda la pinta de ser una catástrofe.