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Rosa Belmonte

Dar por sabido

HBO ha estrenado Trust, la serie de Danny Boyle sobre la familia Getty.

HBO ha estrenado Trust, la serie de Danny Boyle sobre la familia Getty.
Donald Sutherland | Imagen tv

Muchos nos hemos criado viendo en el ¡Hola! qué pasaba con la oreja de Getty y con la pierna de Kennedy. La oreja que los secuestradores cortaron a Jean Paul Getty III y la pierna que los médicos amputaron a Ted Kennedy Jr. a los doce años por un cáncer óseo. 1973 fue un año perfecto para nuestros terrores infantiles favoritos. Nosotros ya sabíamos mucho antes de Verónica Castro que los ricos también lloraban.

HBO ha estrenado Trust, la serie de Danny Boyle sobre la familia Getty. Empieza en 1973, cuando tiene lugar el secuestro del adolescente en Roma por la mafia italiana. El viejo Getty es Donald Sutherland. Mucho mejor que Kevin Spacey o Christopher Plummer, que lo sustituyó para ese papel en la película Todo el dinero del mundo. Donald Sutherland siempre será el repugnante Attila Mellanchini de Novecento. Un malísimo de categoría el magnate del petróleo J. Paul Getty. Un tipo que vivía en una mansión en el campo británico (¿por qué sólo decimos campiña cuando el campo es británico?) con sus cinco amantes y una leona. Y que se negaba a pagar el rescate porque, alegaba, eso pondría a sus otros nietos en peligro. En noviembre del 73 llegó a un periódico un sobre con pelo rojo y una oreja. Sólo hemos visto un capítulo de todo esto que todavía no ha pasado. La narración resulta demasiado didáctica pero quizá damos muchas cosas por sabidas. Hay quien ha descubierto en ‘El instante más oscuro’ el papel de Churchill en la Segunda Guerra Mundial.

Hace unas semanas, Fernando León de Aranoa hablaba en los Diálogos de ABC con Rodrigo Cortés y Paula Ortiz. La charla se titulaba ‘Lo que la cámara no ve: la batalla del director". En un momento, se dirigió al público y contó que él de pequeño veía un programa de televisión, miró al auditorio y dijo que no sabía (por la edad) si lo conocerían. Demonios, era el Un, dos, tres, no ‘Tele-Ritmo’ o La España de los Botejara. Lo citó para recordar que en los créditos no ponía director, ponía "Y si algo falla, la culpa es de Narciso Ibáñez Serrador". Lo curioso es que no diera por sabido algo como el ‘Un, dos, tres’.

Y seguramente tiene razón en no hacerlo. Por eso nos sorprendió tanto Aitana de OT (y de 18 años) aquel día que le preguntaron por su película de Disney preferida. Se trata de Mulán, pero eso no fue lo importante sino cómo la veía. "Yo tenía… No sé cómo se llamaba. ¿Cómo se llamaban las cosas esas gordas?". Y siguió: "Dios, estoy pareciendo demasiado joven… Las gordas, los discos estos gordos que metías… ¿Los casquetes? No, no, Dios mío. Las películas…". Le soplan algo. "Sí, los uves… ¿uve qué? ¿VHS? ¿Sí?". No estaba muy convencida. Y se acordó de qué estaba hablando: "¡Las cintas!". Si no eres capaz de decir VHS o te cuesta decir cinta de vídeo vas a saber qué es el ‘Un, dos, tres’, lo que le pasó a Getty III, qué fue mayo del 68 o lo que es ser liberal. De estos dos últimos asuntos no tiene ni idea Tamara Falcó cuando entrevista a Vargas Llosa para Vanity Fair. Desde el encuentro entre Elvis y Nixon no se había visto cosa semejante, aunque ellos, en privado, se vean habitualmente en casa. También es verdad que a Tamara la damos por supuesta. "Yo de joven era comunista", dice Mario Vargas Llosa. Y el contraplano muestra a una Tamara muerta de la risa por la confesión, como una Diane Lockhart de gominola. Se ríe por eso o por lo que sea, yo qué sé, los discos esos gordos que metías, que no lo vamos a dar todo por sabido.

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