
Con la llegada del calor apetece comer cosas frías como un buen helado casero. Aunque no tengamos heladera, lo cierto es que podemos hacer helados en casa perfectamente y conseguir, así, que los más pequeños disfruten de estos productos de una forma más saludable.
En esta ocasión aprenderemos a preparar un helado de leche merengada fácil, refrescante y con un toque a canela delicioso. Además es ideal para una merienda fresquita. Lo mejor de esta receta es que lo puedes hacer tipo batido, granizado o helado cremoso de toda la vida.
La leche merengada ya era muy popular en los cafés de Madrid a finales del siglo XVIII, y se menciona en la novela de Galdós Fortunata y Jacinta. Así que por eso la incluí en el curso de dulces madrileños que programaba La cocina de Babette en tiempos.
En Libertad Digital nos hemos metido a la cocina para ofrecer uno de los postres más refrescantes del verano: un helado, en este caso de leche merengada. No olvides coger papel y bolígrafo para no perderte detalle.
Ingredientes:
- 700ml de leche
- 175gr de claras de huevo (cinco)
- 78gr de dátiles medjoul
- una rama de canela
- limón
Preparación:
En una olla ponemos a hervir la leche con la ramita de canela partida a la mitad, la piel del limón y los dátiles sin hueso. Cuando hierva apagamos el fuego y dejamos enfriar ligeramente tapado.
Una vez esté frío retiramos la canela y el limón y trituramos la leche con los dátiles hasta que estén disueltos del todo. Una vez listo esto lo metemos en un tupper y lo llevamos al congelador, un mínimo de cuatro horas y removiendo cada media hora. ¿Por qué? Para que se cristalice lo menos posible y quede cremoso.
Si pasado el tiempo vemos que se ha hecho hielo, con ayuda de un cuchillo vamos picando los trozos y lo dejamos como si fuera granizado. Una vez hecho esto lo llevamos a la batidora y batiéndolo conseguiremos que pase de cristalizado a más cremoso.
Cuando lo tenemos cremoso lo volvemos a llevar al congelador. Mientras tanto montamos las claras a punto de nieve.
El siguiente paso es sacar de nuevo el helado del congelador e ir integrando las claras en él. Debemos mezclar bien y conseguir una masa homogénea. Cuando lo tenemos listo lo volvemos a llevar al tupper y al congelador para que coja más cuerpo. Luego, a la hora de servir, le echamos canela por encima y a disfrutar.