Desde que abrió sus puertas hace exactamente 7 años, El Columpio se propuso llevar un soplo de aire fresco al madrileño barrio de Chamberí con un local de 400 metros cuadrados que invitaba a visitarlo desde fuera. Con distintos espacios en lo que te trasladabas a la playa, al pueblo o a aquel rinconcito en el que compartir tiempo de calidad con las personas que quieres.
Ahora este restaurante del Grupo Le Cocó, que cuenta además con el propio Le Cocó, Giulietta, Antonella y Fellina, del que ya hablamos en Libertad Digital y con el que comparten calle -c/ Caracas, 10-, se ha renovado por dentro y por fuera para renovar ese aire tan viciado que ha dejado la pandemia del coronavirus. Ahora su estética es más cosmopolita, con rincones que evocan a los típicos gastro londinenses o locales emblemáticos del Soho neoyorquino. Además de contar con una estupenda terraza para disfrutar de comidas y cenas al aire libre.
La renovada carta destaca por el producto de primera calidad que no se quieren enmascarar con demasiados ingredientes llevando a la excelencia aquello del menos es más. Y lo mejor es probar un poco de todo e ir de la tierra al mar para disfrutar de los distintos sabores y texturas que alegrarán tu paladar.
Como es temporada, las alcachofas confitadas a la parrilla son una delicia para abrir boca y las sirven con una buenísima salsa romescu, típica de los calçots, y para picar también tienes que pedir el tartar de atún "taranterlo", el pescado es tan fresco que podrían haberlo pescado en ese mismo momento y la combinación con el aguacate y sus condimentos especiales hace que sea uno de los mejores platos de El Columpio. La original presentación de la ensalada César con pollo crunch también merece mención especial. Para comer con las manos y disfrutar de la mezcla de la lechuga con el pollo crujiente, la salsa César y el parmesano rallado.
La parrilla y la plancha tienen un gran protagonismo, por lo que el pulpo a la parrilla es otro gran plato, con la carne en su punto justo para que no se quede demasiado hecha y el acompañamiento perfecto del puré de cachelos. Siguiendo con el pescado y la plancha, los chipirones de anzuelo a la plancha con crujiente de algas wakame es otra opción para quien quiere comer algo más ligero pero igual de rico y bien tratado.
En el apartado carnívoro, destaca el Tomakawk de vaca Holstein procedente de la región frisosajona (Baja Sajonia y Schleswig-Holstein en Alemania, Frisia y Holanda del Norte en los Países Bajos). Y para maravilla la milanesa de solomillo "charolesa", de raza vacuna autóctona de Francia, en concreto del distrito de Charolles. Con un empanado fino y crujiente y con la carne jugosa y con el punto justo. Sin duda uno de sus mejores platos.
Como todo fin de fiesta que se precie no puedes dejar pasar los postres como la bomba de chocolate y peta-zetas, la tarta de queso o la apple pie con helado de yogur.
El Columpio no es un sitio al que ir para visitarlo, es para disfrutarlo y de ello se encargan desde los fogones con una carta renovada en la que se come muy bien y a muy buen precio -su ticket medio ronda los 30€-, muy recomendable para cenas con amigos, familia, de trabajo, celebraciones de empresa o para una cena romántica. Es dog friendly, como todos los locales del grupo, y por las noches música en directo para pasar un buen rato y evadirte en este oasis del jaleo diario de la ciudad.
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