
Los garbanzos, las lentejas y los frijoles secos son los más comunes y populares. Según las Naciones Unidas, las legumbres no incluyen los cultivos que se cosechan verdes, como los guisantes verdes o las judías verdes, ya que estos se clasifican como hortalizas. También se excluyen los cultivos utilizados principalmente para la extracción de aceites, como la soja o el cacahuete, y los cultivos leguminosos que se utilizan exclusivamente para fines de siembra.
Todos los inviernos se convierten en un must en cualquier hogar europeo, ya que son un alimento que sirve para preparar guisos calientes para combatir el frío. Las legumbres son un alimento fundamental en la dieta mediterránea, pero no por ello está exento de falsos mitos, a pesar de ser una fuente de riqueza nutricional con múltiples beneficios para el organismo. Muchos son sus beneficios.
Las legumbres contienen muchos nutrientes y tienen un alto contenido en proteínas, por lo que son una fuente ideal de proteína. Además, son bajas en grasa y ricas en fibra, lo que hace que puedan reducir el colesterol y ayudar a controlar el azúcar en sangre. Por todas estas cualidades, las organizaciones sanitarias recomiendan su consumo para hacer frente a las enfermedades no transmisibles, como la diabetes y las enfermedades cardíacas.
Las legumbres son auténticos tesoros nutricionales que han alimentado a los ejércitos desde tiempos antiguos. En la Biblia se menciona a Esaú, que vendió sus derechos de primogénito a su hermano Jacob por un plato de lentejas. Son platos típicos del invierno, como el cocido o la fabada, pero se deben comer todo el año, hay motivos que avalan su consumo los 365 días de año.
Motivos para comer legumbres
Las alubias, los garbanzos, las lentejas y el resto de legumbres proceden del grupo de las plantas leguminosas; en concreto son sus frutos secos. Las legumbres son esenciales en la dieta mediterránea porque contienen:
- Hidratos de carbono, sobre todo almidón
- Bajo porcentaje de grasas, que en su mayoría son insaturadas
- Altas cantidades de proteínas
- Fibra
- Hierro
- Calcio
- Magnesio
- Zinc
- Vitaminas del grupo B. Por ejemplo, las lentejas y las alubias son ricas en vitamina B6; y los garbanzos, en ácido fólico y niacina
¿Por qué son buenas las legumbres en invierno?
- Proporcionan energía para todo el día
Gracias a su propia composición nutricional, rica en hidratos de carbono y fibra, así como la posibilidad de unirlas a otros ingredientes que sumen más en estos valores, las legumbres son una garantía durante el invierno.
Y es que proporcionan el impulso de energía que se necesita para seguir con normalidad la vida diaria. El frío a veces quita las ganas de desempeñar las tareas rutinarias, ya sea el trabajo o las tareas del hogar, y un buen plato de legumbres puede ser el complemento ideal.
- Bajas en calorías
Probablemente uno no haya caído en esto, pero durante el invierno, con el objetivo de evitar el frío, las personas acaban pasando mucho tiempo en casa y se mueven menos que en otras épocas como el verano o la primavera.
Al haber menos movimiento en el cuerpo, esto puede hacer que se engorde más si no se practica una dieta equilibrada. En este sentido, el bajo contenido en grasas y calorías de las legumbres puede ser decisivo.
- Muchas vitaminas y minerales
La amplia cantidad de vitaminas y minerales que hay en el interior de las legumbres hace que por sí mismas, más allá del completo aporte de sus recetas, sean un aporte muy efectivo a la hora de fortalecer las defensas y mantener activo el cerebro, algo especialmente necesario durante el invierno.

