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Adaly, la nueva joya gastronómica que querrás probar

Tras pasar cuatro años en la cocina de El Bohío, Eduardo Guerrero se lanza a su aventura más personal con un restaurante que hay que conocer.

Ventresca de atún, perfecto de punto, hecho a la brasa con un poco de salsa vizcaína, cebollitas caramelizadas y coronadas con salsa romesco. | Juanjo Alonso

Adaly es el proyecto más personal de Eduardo Guerrero junto con Julio, padre y director de sala. Un joven chef formado en la Escuela de Hostelería de Aranjuez y forjado durante cuatro años en los fogones de El Bohío.

Chawanmushi

En el restaurante estrellado del televisivo Pepe Rodríguez pasó por diferentes puestos y partidas tocando palos tanto en la partida de entrantes como en la de snacks, pasando posteriormente a ser segundo en la partida de carnes tras su primer año y, casi de forma inmediata, en su segundo año, se inició como jefe de partida.

De allí ha sacado la importancia de la calidad del producto, de tratarlo lo menos posible para no enmascarar su sabor con ingredientes inútiles. El menú degustación de Adaly comienza muy fuerte desde el aperitivo con un brutal chawanmushi, un flan salado estilo japonés con un ligero toque de ajo y pimentón, acompañado con picatostes y una rodaja de chorizo frito, para ponerlo en carta sin lugar a dudas. También rica la mantequilla de tuétano.

Muy buen menú degustación

Degustación de snacks

Continuamos con una degustación de snacks (10€) que te siguen sorprendiendo, algunos más que otros. Bueno el panipuri de boletus y el buñuelo de queso manchego, pero el crujiente de oreja de cerdo y mayonesa de kimchi es descomunal, lástima que sólo sea un bocado. Terminas con un muy buen pan chino relleno de crema de mejillones, con una masa fina y esponjosa y un relleno con mucho sabor.

Perfectamente atendido por el personal de sala con Julio a los mandos nos recomienda un buen vino blanco portugués como el Antonio Madeira Branco 2020, elaborado por el propio Antonio Madeira en el Dao portugués. La carta supera las 90 referencias enológicas, todas ellas en precios muy comedidos y que además abre la mano a denominaciones de origen no tan frecuentes. También hay referencias clásicas de D.O. como Rioja, Ribera del Duero, Rueda o Rías Baixas y vinos de autor de zonas como El Bierzo, Manchuela, Mallorca o Utiel-Requena.

En una clara apuesta por la tradición pero sin olvidar su toque personal e íntimo en los platos probamos una muy buena alcachofa con tartar de jamón ibérico, salsa de alcachofa y de escabeche de manzanilla, esta última le aporta un toque fundamental al plato, todo un acierto. "Es tradicional, pero adaptada a las técnicas modernas porque en lo que comes te das cuenta de que están los fondos y el regusto de la tradición, aunque trasladadas a lo que queremos hacer", explica Eduardo.

Canelón de cocido

Y qué decir del espectacular canelón de cocido (16€) que lo hacen con las carnes del cocido que sirven para rellenar la pasta wantán, que es más fina que la del canelón, y se termina con una velouté del caldo y una reducción del caldo de los huesos. Este plato va acompañado con un riquísimo caldo de cocido un poco trabado con garbanzos para darle más sabor y que como nos dice Julián se puede tomar antes, durante o después del canelón.

Carne y pescado

De esta cocina sincera en sabor y producto, dotada de ciertos elementos que la hacen diferencial, llega una maravillosa ventresca de atún, perfecto de punto, hecho a la brasa con un poco de salsa vizcaína, cebollitas caramelizadas y coronadas con salsa romesco. Un plato en el que cada ingrediente por separado cuenta pero en conjunto lo elevan.

Entrada a Adaly

Y para termina la parte salada del menú degustación, un cordero (23€) cocinado 19 horas a baja temperatura, se termina en sartén con mantequilla negra, se sirve con jengibre caramelizado y alcaparras y se acompaña con boniato glaseado.

La intención de los Guerrero es "hacer sentir al cliente como si estuviera en su casa", algo que ayuda también su ambiente tranquilo, muy diáfano y con mesas bien espaciadas, además de contar con un pequeño reservado para seis personas, que inspiran ese carácter acogedor y calmado de Adaly en el corazón del barrio de Salamanca.

Tarta de Santiago líquida

También merecen especial mención los postres caseros. Probamos un refrescante y cítrico sorbete de mango sobre crema de maracuyá, chocolate blanco y lima, pero nos quitamos el sombrero con la tarta líquida de Santiago y helado de yogur (7€).

Adaly es de esas nuevas aperturas que invitan a ser descubiertas porque merecen mucho la pena para que vayas con amigos, familia, con tu pareja o para una reunión de trabajo. Tiene un ticket medio en carta de 55€, el menú degustación cuesta 70€ y de martes a viernes al mediodía tienen un menú ejecutivo de 25€.

Horario: domingo, martes y miércoles de 13.00 a 17.00 horas; jueves, viernes y sábado de 13.00 a 17.00 y de 20.30 a 00.30. No tiene servicio de aparcacoches.

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