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Crítica Gastronómica

La Tasca Suprema, una muy buena cocina en uno de los restaurantes centenarios de Madrid

La Tasca Suprema es uno de los pocos restaurantes centenarios que quedan en Madrid y en el que gozarás con su cocina tradicional.

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La placa identificativa del Ayuntamiento de Madrid en la que "agradece los servicios prestados a la ciudad desde 1890" y que está en el suelo de la entrada de La Tasca Suprema.

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La Tasca Suprema, ubicado en el número 7 de la calle de Argensola y que ha sido centro de reuniones desde el ilegal Partido Comunista en la época de Franco hasta un encuentro entre el entonces presidente del Gobierno español Mariano Rajoy y el expresidente francés Nicolás Sarkozy.

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Las siempre apetecibles gildas, de aceituna, anchoa y piparra, "una de las más representativas de Madrid". Además, ahora las acompañan con las maravillosas patatas fritas Bonilla a la Vista.

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Alejandro nos prepara un estupendo y premiado vermú.

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Espectacular cardo con jamón, con una salsa que es una especie de pilpil propia del jugo de la verdura y de la grasa que suelta el ibñerico.

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De esos platos del día nos encontramos con un buenísimo pisto con huevos y parmentier de patata, un plato en el que el suave puré suaviza el sabor de las verduras y complementa de forma maravillosa con los huevos fritos.

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El pisto con huevos y parmentier de patata ya preparado para comer.

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La pizarra que te encuentras en la primera estancia de La Tasca Suprema.

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Como buena tasca madrileña, tabernaria, no te puedes ir sin probar sus deliciosos callos a la madrileña, perfectamente acompañados por el chorizo, con esa melosidad que te deja los labios pegados y con el toque justo de picante.

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La Tasca Suprema han intentado aliviar los platos de cuchara y dar mayor protagonismo a la huerta navarra de la que llegan tomates, alcachofas y demás verduras, pero siempre manteniendo los platos tradicionales como las albóndigas con patatas, suaves, ricas y con un intenso sabor propio de haber estado tiempo en el fuego.

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Para terminar este recorrido centenario de oreja y vuelta al ruedo, un espectacular rabo de toro con demiglace y patatas, también para nota, al igual que las patatas fritas que acompañan los platos y que son adictivas.

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