
En este contexto, y a orillas del majestuoso río Ebro, se levanta una pequeña joya histórica que se ha transformado en un santuario para el viajero exigente, el hotel Palacio Tondón, Autograph Collection.
Y en el hotel, del que te hablaré más tarde, encontramos su restaurante Gran Reserva, ubicado en la localidad riojana de Briñas, que destaca por un extraordinario producto de temporada con base en las raíces de La Rioja, pero con guiños a productos de otras zonas que vienen a completar una experiencia gastronómica a la altura del hotel y de su espectacular ubicación.
Además, incluye una exclusiva bodega con vinos meticulosamente seleccionados para ampliar la experiencia en el hotel en todos los sentidos. Guiados maravillosamente por Jana, que nos ofrece un maridaje perfecto con vinos de la zona para los platos que vamos a probar.
Menú y maridaje DO
Así que sentados en el salón del segundo piso, con vistas al río y con una espectacular terraza para disfrutar de su gastronomía al aire libre, nos preparamos para saborear platos que combinan tradición y vanguardia, con predominio de productos locales o de proximidad como la espectacular cecina de León, un producto que habla de tierra y sabor y que llega sobre una de las duelas de una barrica y acompañada de pan con tomate. Bastante fluidas y con mucho sabor las croquetas de jamón, sobre todo, y más cremosas las croquetas de costilla coronadas con una nuez de miel y mostaza.
Estos entrantes los mojamos con un estupendo AnamcarA Vespertilio Blanco, un vino de autor elaborado por Bodegas Arum bajo la DOCa Rioja, con Garnacha blanca y madurado en bocoy.
Entre esos platos que hablan y saben a otoño, que reconfortan el cuerpo y alegran el alma, sobre todo para los amantes de la cuchara, destaca la deliciosa crema de calabaza con vieira y naranja confitada. Una mezcla de sabores y texturas que te invitan a saborear el siguiente platazo que llega a la mesa. Y no es otro que el fabuloso guiso de oreja con carabinero soasado y gel de yema. Es uno de esos bocados en los que te compadeces, pero no mucho, de aquellos a quienes no les gusta la casquería, sobre todo si comparte mesa contigo. Porque el sabor del guiso, con la melosidad que le aporta la gelatina del cerdo, casa a la perfección con el marisco poco asado y con un extraordinario sabor.
En este caso, la crema la tomamos con un rosado Muga, elaborado con uvas Garnacha tinta y Viura bajo la misma DOCa Rioja. Para el guiso de oreja con carabinero, Jana nos maravilla con un vino tinto Santalba Cotas Altas, elaborado con Garnacha tinta y Tempranillo.
Los platos principales fueron, como mandan los cánones, de pescado y de carne. El primero, una fresca corvina a la brasa sobre crema de coliflor tostada y fumet rojo. Una propuesta con el toque justo del pescado y de la brasa. La puntilla final llegó con un exquisito cordero asado. Lo cocinan a fuego lento para que la carne quede suelta y mantenga todo su sabor. Lo acompañan con patatas de la huerta y pimientos rojos asados.
El pescado lo saboreamos con un Cepas Viejas, elaborado con Garnacha por la bodega Manuel Quintano de la Rioja Alavesa. El cordero lo regamos con Castillo de Mendoza, de variedad Tempranillo y elaborado por la Bodega Castillo de Mendoza, también bajo la DO Rioja.
Los postres también son caseros pero destaca su exclusiva tarta de queso de cabra DOP Los Cameros, que combina la riqueza cremosa del queso con la dulzura de la pera, el crujido del crumble de frutos secos, creando un equilibrio perfecto de sabores y texturas. También probamos su chocolate y vino tinto, a modo de brownie, pero con el sabor del vino, acompañado de un cremoso helado de mantecado de vainilla. Este estupendo final vino acompañado con otro fantástico Rioja Dulce de Invierno, elaborado por la Bodega Vivanco con 4 varietales: Tempranillo, Mazuelo, Garnacha y Graciano.
Además del restaurante, su bar ofrece un ambiente acogedor donde los huéspedes pueden relajarse y disfrutar. Combina la sofisticación moderna con el encanto atemporal de la región. Cuenta con una selección de excelentes vinos, cócteles exclusivos y licores premium para relajarse y socializar. La cálida iluminación crea un ambiente acogedor, perfecto para saborear una copa de vino o un cóctel creativo después de un día de turismo o de relax.
Un palacio del siglo XVI
Ubicado en Briñas, una localidad riojana con el privilegio de estar en el Camino de Santiago, el Palacio Tondón no es un hotel cualquiera. Es un distintivo complejo arquitecténico del siglo XVI rodeado de viñedos que captura la esencia de la región: una impecable combinación de la tradición de su piedra original y la innovación de un alojamiento moderno y sostenible.
El viajero que se acerca a este enclave busca algo más que una cama cómoda. Busca una inmersión completa en la cultura del vino, la historia y la alta cocina. El palacio se erige como el campamento base ideal, un binomio entre piedra y madera donde la sofisticación no es un añadido, sino la restauración natural de un patrimonio.
El confort no está reñido con el legado. Sus 33 habitaciones —entre ellas Estándar, Deluxe y Junior Suites— son verdaderos refugios. Diseñadas para ser un santuario de paz y elegancia, ofrecen la funcionalidad del siglo XXI y están decoradas con un estilo que respira la nobleza del edificio.
Pero el verdadero valor añadido se encuentra al mirar por la ventana. Las estancias permiten al huésped sumergirse en las vistas del río Ebro y los viñedos que definen el paisaje. Es un despertar a la historia, con el confort de un baño moderno y los exclusivos artículos de tocador de Alquimia. Un escape pacífico para quienes valoran el tiempo de calidad y la pausa necesaria para desconectar.
Aunque el secreto mejor guardado se encuentra bajo tierra: El Calado. Esta cueva histórica en el piso inferior, que data del siglo XVII, es donde el vino se ha conservado durante centurias. Con acceso a una cascada alimentada por el Ebro, este espacio se convierte en el lugar perfecto para organizar degustaciones exclusivas, una experiencia sensorial única que conecta directamente con la tradición vinícola riojana.
Más allá del hotel
La estancia en Briñas es, además, la puerta de entrada para explorar la región. El hotel se sitúa cerca de Haro, famosa mundialmente por su Barrio de la Estación. Se trata de la mayor concentración de bodegas centenarias del mundo, la auténtica "milla de oro" de La Rioja, donde el ferrocarril impulsó la creación de templos vinícolas que hoy atraen a catadores y periodistas internacionales.
Desde el hotel se facilita la organización de recorridos guiados a estas bodegas y la visita a hitos como el cercano Puente de Briñas, de estilo gótico y crucial en el comercio y el Camino de Santiago durante siglos.
En un momento en que el viajero busca la autenticidad y la excelencia, el Palacio Tondón demuestra que la alta hotelería española puede conjugar el respeto por un pasado glorioso con la demanda de un lujo moderno, funcional y sostenible. Es el lugar perfecto para sumergirse en una cultura vinícola arraigada en siglos de tradición y, sencillamente, experimentar algo excepcional.
Me puedes seguir también en mi Instagram si no te quieres perder ninguna de mis recomendaciones.

