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Katy Mikhailova

Purpurina vaginal y las cacas de Risto

"La fiebre por los unicornios empieza a preocupar". Y es así cómo la empresa Pretty Women Inc ha creado el passion bomb.

"La fiebre por los unicornios empieza a preocupar". Y es así cómo la empresa Pretty Women Inc ha creado el passion bomb.
La empresa Pretty Women Inc ha creado el 'passion bomb' | Alamy

Hablando de 'brillis' y 'brillitos', por si fuera poco, leía el otro día en la prensa digital acerca del fenómeno de la purpurina vaginal. Sí, han leído bien: Purpurina vaginal. La mayoría de los portales emplean otros términos que yo prefiero, en esta ocasión, ahorrarme. No por pudor o por vergüenza, sino por el respeto que le tengo a las vaginas, que no a la purpurina. Odio la purpurina. Le tengo fobia. Pero más aún desde que soy conocedora de que algún humanoide en este planeta ha creado una cápsula de colorines para incorporar dentro de la vagina. ¿Objetivo? Fluido vaginal con aspiración de burdel cochambroso.

La fiebre por los unicornios empieza a preocupar. Y es así cómo la empresa Pretty Women Inc ha creado el passion bomb. Vive "orgasmos divertidos" con este tipo de producto para que, durante 3 días sueltes 'brilli brilli' y decores todo aquello que roces con tus partes íntimas. Para algún curioso que no sepa cómo funciona, y en defensa de las pastillita orgasmo hippy-happy, la cápsula se derrite con el calor corporal una vez dentro, y va "bajando" durante 3 días.

La empresa en cuestión no alerta acerca de las muchas consecuencias que este hallazgo pueda traer consigo. Y es que, tal como señalan diferentes ginecólogos, algunos de los efectos secundarios podría ser la dermatitis o la irritación, llegando incluso a aumentar el riesgo de contraer una enfermedad de transmisión sexual.

Lo que aún no comprendo es por qué Risto Mejide no se ha hecho eco de la noticia. Les animo a que emitan algún experimento o demostración en ese programa tan profundo e ingenioso que presenta los lunes por la noche. Programa que vi por primera vez en todo el verano este lunes. Tuve la enorme suerte de dar con el episodio de las cacas amorosas. O más bien las cacas despechadas. El tema partía de un ex-novio dolido que le mandaba a su expareja un cojín en forma de excremento sonriente -hablando claro: la caca del WhatsApp-.
Yo me niego a probar la "Bomba de la Pasión" de colorines. Pero se me ocurre que Juan Manuel de Prada podría hacer una segunda versión de su libro Coños, sacando al mercado un spin-off -no sé si plagiado o qué- titulado De coños y colores.

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