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Katy Mikhailova

Ser viejo y eterno

De los creadores de ‘La arruga es bella’ llega el ‘Sé más viejo’.

Lo ha vuelto a hacer. Sí. Parir otro de esos eslóganes que perdurarán más allás de las temporadas y las modas. Del creador de ‘La arruga es bella’ llega el ‘Sé más viejo’. Adolfo Domínguez es un genio. O al menos su equipo. Saben de sobra que he sido una gran defensora de la marca y del creador, incluso cuando la empresa pasaba su peor momento cerrando tiendas y entrando en una profunda crisis de la que parecen empezar a salir.

Y es que la vejez como virtud, trasladado metafóricamente a esta industria como la apuesta por la perdurabilidad, calidad e inversión, es el propósito de esta nueva campaña de la marca gallega.

Llevamos años teorizando sobre el ‘fast fashion’ y esa necesidad imperante de rellenar nuestros vacíos con compras y placeres que sacian a corto plazo. En parte, consecuencia de la aceleración vital que vivimos en todos los sentidos. Las cosas ocurren con una rapidez inmensa. Y no nos da tiempo parar para pensar. Parar para ser. Sentir. Vivir. A mí misma me pasa: me voy dando cuenta de cómo cada vez más me cuesta comunicarme con una persona si no es a través de la pantalla.

La Zara-adicta entra una vez por semana a su tienda de cabecera, echa un vistazo a lo que hay, a lo nuevo y lo no-nuevo ubicado en un "diferente" rincón para confundir, y sacia su apetito. Hablando de la marca, esta semana anunciaba en Milán Pablo Isla que el grupo Inditex en 2020 iba a vender online ropa a todo el mundo. ¡Una gran noticia! Porque, aunque Sé más viejo choca rotundamente con la filosofía de moda del grupo de Amancio Ortega, no deja de demostrar una vez más qué firma textil manda en el mundo. ¡Y es española!

En cualquier caso, observo que las cosas suceden demasiado rápido. Nos enamoramos y nos desenamoramos con una facilidad inmensa, anulando bodas a cuatro meses, para luego retomar la relación con el ex prometido. El divorcio express no es más que una consecuencia de la decadencia de nuestros valores.

Y en medio de toda esta vorágines de la mentalidad del "aquí y el amor", en donde ya hasta recurrimos a "leer" libros escuchándolos (para ya atontarnos del todo y olvidarnos definitivamente de escribir), la moda-basura (¡con perdón!) ejerce de intermediario entre el <yo> más profundo totalmente ausente de su existencia y el <ego> más externo agobiado en un imaginario social colectivo que vive de puertas para fuera.

A veces no es malo renunciar a 50 baratijas-textiles, que nos podrían salir por unos 600 euros, e invertir la misma cantidad (o incluso una parte) en comprar vida, tiempo, en lo eterno, en algo que te dure un año y otro y otro… como los bolsos de Loewe, los Valentino que tengo de mi madre.

Y en esta línea, el mensaje de Adolfo Domínguez de Sé más viejo apuesta por frenar el consumismo desenfrenado basado en el vacío, la obsesión y la mentira; anclado en las compras compulsivas, el los complejos, en la avaricia, la idiotización, el aburrimiento y la cobardía.

De toda esta porquería que nos rodea (de la cual, honestamente, soy la primera en participar de y con ella) sólo se salva el vino (¡que nunca miente!) y la moda a través de la artesanía de marcas como las mencionadas. ¡Ah, bueno, y la poesía! La poesía salvará el mundo y nos salvará a nosotros (si los podcast no se la comen, claro).

En Chic

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