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Katy Mikhailova

Sin blanca, sin dientes

Que Gucci nos sugiera, no sólo cómo vestir, sino también cómo sonreír, me parece de mal gusto. 

Que Gucci nos sugiera, no sólo cómo vestir, sino también cómo sonreír, me parece de mal gusto. 
Dani Miller para Gucci | Instagram

Entiendo que se avecinan tiempos duros, de vacas flacas (y flojas), pero creo que todos nos merecemos una buena dentadura. Que ahora Gucci nos sugiera, no sólo cómo vestir, sino también cómo sonreír (o con qué dentadura agradar -o desagradar-), me parece de mal gusto.

Aplaudiendo el donativo de 100.000 euros de la firma italiana, propiedad del grupo Kering, para ayudas a sanitarios italianos, su campaña de crowdfunding de ‘estamos juntos en esto’ y las donaciones para la ONU y el grupo financiero italiano Intesa Sanpaolo, me sigue inquietando su concepto estético que busca romper con los cánones de belleza establecidos (y generar polémica, ganar titulares gratuitamente y ser originales).

Y es que Gucci, después de la ya polémica barra de labios de hace dos meses (en la misma línea que esta), acaba de lanzar al mercado su nueva máscara de pestañas, L’Oscur, por 37 euros. Ahora, más que nunca, la pestaña debe saludar desde lo más alto. Alzar la mano, y gritar ‘Arriba España’. Pero mucho me temo que este producto cumple la función más básica.

La peculiaridad de este producto, motivo de polémica y de protagonizar mi columna, es que la modelo que aparece en la campaña, la cantante Dani Miller, tiene una "dentadura imperfecta". Las redes sociales se incendiaron al poco de conocer el spot, y yo me pregunto hasta qué punto es sano llevar la boca así.

Así que, en relación a esto último, he decidido preguntarle a algún experto en odontología. Alfonso Orejas Saldaña, de la Clínica Microdental, me explica por whatsapp que "la ausencia de incisivos laterales superiores no tiene por qué implicar falta de salud. Aunque las ‘agenesias dentales’ -lo que presentan ambas modelos- pueden provocar problemas de maloclusiones, apiñamientos y un sinfín de problemas oclusales y de las articulaciones mandibulares, estos a su vez pueden derivar en un sinfín de problemas hepáticos, cardiacos, neuronales, funcionales o incluso posturales".

Lo que significa que, a pesar de no ser algo peligroso para la salud, no deberíamos instar a la sociedad a llevar así los dientes. No nos olvidemos de que esta industria marca los cánones de belleza a seguir.

En tono de humor, podría tratarse de una conspiración silenciosa de Gucci para acabar con el gremio de los odontólogos. De hecho, habría sido más ético promover lo de la máscara de pestañas, destinando 1 euro de la venta de cada unidad a ‘Odontólogos Sin Fronteras’.

Ironía aparte, entiendo que la industria de la moda, la belleza y el lujo está saturada de tanta ‘perfección’: todo pasa desapercibido. Por tanto, no hay manera de llamar la atención. Lo que implica que sacar unos morros pintados de rojo que muestran una dentadura imperfecta pueda ser una fórmula para impactar en toda clase de personas. Pero, queridos amigos, no me canso de escribir que si algo tiene de magia este mundo de la estética es la de crear sueños aspiracionales. Retratar el lado de feo de la vida y la incoherencia no es más que un bache en la historia de la firma de lujo. Para todo lo demás, que tomen ejemplo de Inditex, que son buenos, baratos y más solidarios.

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