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Piscinas naturales y pantanos para sobrellevar la ola de calor

En Madrid no hay playa pero hay pantanos y piscinas naturales donde poder refrescarse en plena ola de calor. En LD te contamos dónde están.

En Madrid no hay playa pero hay pantanos y piscinas naturales donde poder refrescarse en plena ola de calor. En LD te contamos dónde están.
Wikipedia Commons

La ola de calor pega fuerte en Madrid y, como todo el mundo sabe, en Madrid no hay playa, sin embargo, tenemos lugares maravillosos para poder refrescarnos y sobrellevar mejor la ola de calor que nos hará llegar a los 40ºC.

Desde Libertad Digital hemos creado una lista con los ocho lugares más accesibles para poder ir, el más conocido sin duda es el pantano de San Juan. Estos lugares los puede disfrutar tanto la gente afortunada que tiene piscina en casa como aquellos que no disfrutan de piscina en su hogar.

El pantano de San Juan

El pantano más famoso de todo Madrid y el clásico del verano madrileño. Pocos son los madrileños que no han pasado una tarde familiar en el pantano y se han refrescado en él. Está situado entre San Martín de Valdeiglesias, El Tiemblo, Cebreros y Pelayos de la Presa. Con 14 kilómetros de playas, es el único embalse de Madrid donde está permitido el baño. Las zonas para practicar deportes acuáticos están bien delimitadas y separadas de los bañistas. La afluencia suele ser masiva y los fines de semana entre junio y septiembre más te vale ir pronto o no encontrarás sitio para plantar la toalla.

Piscinas naturales de Las Dehesas

En Cercedilla se encuentra uno de los lugares más frecuentados por los madrileños en la época veraniega. Las Dehesas de Cercedilla es un área recreativa que está sumergida en una de las masas forestales más importantes de la Comunidad de Madrid, donde hay muchas especies, sobre todo grandes bosques de pino silvestre. Estas piscinas que realmente son pequeñas pozas situadas en el trascurso del Arroyo de la Venta que fueron creadas en 1978 y, aunque ahora son tratadas con cloro, en su inicio eran totalmente naturales.

Las Berceas de Cercedilla

Las piscinas de Las Berceas se encuentran dentro del Parque Recreativo de Las Berceas y son una de las mejores opciones que hay en la Comunidad de Madrid para darse un chapuzón, pasar un día en plena naturaleza y combatir el calor del verano. El complejo está enclavado en el Valle de la Fuenfría y en sus 30 hectáreas de extensión cuenta con merenderos, vestuarios, duchas, aseos, bar, enfermería, zona de césped para tomar el sol, dos grandes piscinas rodeadas de pinos silvestres y un parque de aventura en los árboles.

El agua de las piscinas naturales procede de arroyos de la zona, aunque para adaptarla al baño recibe tratamiento. Está ubicado a 1.400 metros de altitud, en el valle de la Fuenfría, en pleno Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, junto a los restos de una calzada romana.

Las presillas de Rascafría

Las piscinas naturales de Rascafría se encuentran en el Valle del Paular y su agua es tan cristalina que se puede ver el fondo sin ningún problema aunque su pega es que es difícil aguantar mucho tiempo dentro porque está muy fría. La zona está dividida en tres piscinas ubicadas en el cauce del río Lozoya, con amplias praderas verdes que se llenan de familias y grupos de amigos cada verano. La entrada es libre y gratuita y el precio del aparcamiento es de 9 € por coche y día. Abre todos los días durante los meses de verano de 10 a 21 h y tiene mesas, kioscos, aseos y papeleras.

Piscina natural de Riosequillo

El embalse de Riosequillo crea en Buitrago de Lozoya una de las piscinas naturales más grandes de todo Madrid, cuenta con 4.500 metros cuadrados. A pesar de que el agua está tratada como si fuera una piscina prefabricada sigue siendo agua de río y está igual de fría. El complejo cuenta además con zonas de descanso y merendero, baños, vestuario, un chiringuito, pista de fútbol sala y baloncesto y un área de juegos infantiles. Abre desde mediados de junio hasta finales de agosto de martes a domingo de 11 a 20 h. La entrada cuesta 5 € los adultos en fin de semana (4 € días laborables) y 3 € y 3,50, respectivamente, los niños y mayores de 65.

El embalse de Picadas

A pocos kilómetros de San Martín de Valdeiglesias encontramos este nuevo remanso de paz donde podemos darnos un buen baño y refrescarnos ante la ola de calor. El embalse de Picadas cuenta con una superficie de 92 hectáreas, sus aguas provienen del río Alberche, que por cierto alberga muchas pequeñas playas a lo largo de su cauce. Alrededor hay un extenso bosque de pinos y cuenta además con una zona recreativa (La Depuradora) con barbacoas (prohibidas en los meses de verano, eso sí), mesas para comer, etc. También se puede practicar la pesca en algunas zonas.

Pozas de la Angostura Rascafría

Enclave idílico con rápidos, cascadas y pozas profundas a la sombra de pinos, robles y abedules creado por el río Lozoya en la Angostura. El acceso más rápido a las Pozas de la Angostura es por la pista forestal cerrada al tráfico que nace en el kilómetro 32,4 de la carretera M-604, la cual lleva en media hora hasta el anciano puente de piedra de la Angostura y las grandes pozas que hay poco más arriba.

Pozas de Aguilón Rascafría

Desde el pueblo de Rascafría es fácil llegar al Arroyo del Aguilón, que es un afluente del río Lozoya, que tan solo recorre 6 kilómetros. El camino desde Rascafría son dos horas andando, bien señalizado desde el puente del Perdón, frente al monasterio de El Paular. Las pozas cuentan con dos cascadas: la cascada Baja, un salto de agua muy vertical de 10 metros de altura, y la cascada Alta, situada 200 metros más arriba de su compañera.

Como punto de partida de nuestro recorrido lo ideal es utilizar el refugio del Puerto de la Morcuera. Allí mismo coges la GR 10.1 señalizada en el mismo albergue, el inicio es una pista de tierra. Según vas haciendo camino puedes disfrutar de la panorámica y vistas de Bailanderos, La Najarra y el propio macizo de Peñalara. Pasas un primer arroyo y a continuación te encuentras con un pequeños refugio que se encuentra en muy buen estado, es una casita blanca muy chula, parece sacada de un cuento y sirve para hacer fotos para las redes sociales.

Pasada la majada, dejas el GR y giras a tu derecha, asciendes un poco y enseguida cruzaremos un pequeño puente de madera. A partir de aquí el camino transcurre siempre a orillas de arroyo Aguilón cruzándolo en algún momento, y disfrutando del espectáculo de los saltos de agua y pozas que invitan a un refrescante baño.

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