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Katy Mikhailova

Aquí paz, y después moda

La polémica del supuesto plagio de Eduardo Navarrete y Ágatha da para tomárselo con algo de humor.

La polémica del supuesto plagio de Eduardo Navarrete y Ágatha da para tomárselo con algo de humor.
Los dos diseños en cuestión | Mediaset

Tomarse la vida con humor para descafeinar las polémicas es algo que han demostrado Eduardo Navarrete y Agatha Ruiz de la Prada, a raíz de la famosa polémica de que Agatha le había "plagiado" un vestido. Un claro no-plagio de dos vestidos con un estampado muy parecido, que en verdad no deja de ser el logotipo de El Corte Inglés, que es la única parte de toda historia que tendría la legitimidad de protestar por algo (aunque entiendo que les parezca bien esta publicidad indirecta, o directamente se centren en asuntos más serio).

La moda bebe de la moda, y todo se crea y se recrea, y se inspira en otras inspiraciones. En bucle. Como un ciclo. No olvidemos que Agatha ya ha demostrado que el diseño original se crea aun cuando ni Eduardo había nacido: es lo que tiene tener casi 4 décadas contando historias en tejidos; aun cuando ni las compras online, ni Amazon, ni Google, ni Instagram, ni siquieras los influencers ni los metaversos existían. ¡Bendito mundo aquel! Y qué suerte los que supieron posicionar una marca en aquel entonces, en el que el papel couché era la única fuente de prestigio.

Lo que me fascina es que toda esta polémica tenga un final feliz, sellándolo Eduardo al haber asistido esta semana a un evento con un abrigo de flores de Agatha Ruiz de la Prada. A lo que Agatha ha respondido, resaltando el humor de todo esto y compartiéndolo en su Instagram. Aquí paz, y después moda.

Es indicio de madurez no dejar espacio en el alma al rencor y al odio: lo que refuerza nuevamente la ausencia de complejo por parte de ambos diseñadores.

De Eduardo ya saben lo que pienso, llevo años escribiendo sobre su valentía y su capacidad de no haberse convertido en un juguete roto de la televisión y de un reality por el que han pasado decenas de aspirantes a diseñadores (hubiera sido un gran fichaje para Supervivientes 2022, como apuntaban algunos medios, y seguro que nos regalaría horas y horas de risas).

Y de Agatha, sobra ya hablar: mi querida mentora es una inspiración incesante para nuestra sociedad, no sólo por devolvernos los corazones en día grises de lluvias incesantes (¿alguien sabe si dejará de llover en Madrid en algún momento?), sino por ser un volcán de emociones que regala con generosidad por el mundo entero. Un todo-terreno de la creación y la empresa, cuyo arte reviste las pasarelas de los 5 continentes, y cuya carisma (aun sin una definición clara) recuerda que el no-protocolo puede brillar por su ausencia: nunca sabemos qué piensa Agatha con certeza, pero lo que sabemos es que nunca falla.

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