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Trajes típicos de Semana Santa

La Semana Santa tiene celebraciones diferentes por el mundo, sin embargo, los trajes típicos son algo común. En LD te contamos los típicos españoles

La Semana Santa tiene celebraciones diferentes por el mundo, sin embargo, los trajes típicos son algo común. En LD te contamos los típicos españoles
Desfile procesional de la Real Cofradía del Santo Entierro | Agencia Ical

Las procesiones de Semana Santa esconden tras el colorido de su cofrades, la solemnidad de sus procesiones y la espectacularidad de los pasos, una complicada simbología, no siempre conocida por las miles de personas que acuden a contemplar los tradicionales traslados procesionales de las imágenes. Siempre, por supuesto, respetada por aquellos que la visitan.

Pero, ¿por qué se celebra la Semana Santa? ¿Qué se quiere conmemorar? La Iglesia Católica recuerda los últimos días de la vida de Jesucristo, desde la entrada triunfal en Jerusalén y su pasión, hasta la resurrección que simboliza el triunfo del hijo de Dios sobre la muerte. De esta forma, se pasa de una celebración marcada por el luto, el silencio y la solemnidad, a la alegría desbordante simbolizada en las flores o los colores claros de las vestiduras.

Una de las características más llamativas de la Semana Santa son la vestimentas, especialmente de los capirotes, cuyo origen se remonta a la inquisición, Los castigados por motivos religiosos eran obligados a llevar un a prenda de tela que les cubriera el pecho y la espalda, llamado sambenito, además de un capirote o cucurucho de cartón en señal de vestimenta.

Terciopelo, lana y sarga. Estos son los principales tejidos que se utilizan en la confección de los hábitos de Semana Santa, es decir, los trajes con los que los cofrades salen en procesión. Luego los colores varían en función de las cofradías y los rincones de España. La túnica y la capa son los principales elementos de esta vestimenta, que se completan con el capirote o tercerol y el cíngulo.

Aunque estos elementos son comunes en todas las cofradías, cada una tiene su propio escudo y medalla, además de ciertos rasgos o características que las diferencian. Uno de esos aspectos son los colores de los hábitos, cuya elección tiene un claro significado de acuerdo a la liturgia cristiana.

Otros años por estas fechas los más devotos sacan sus mejores atuendos para celebrar esta fiesta pero, ¿sabes cuáles son trajes más típicos? Aunque cada cofradía tiene su indumentaria propia que les caracteriza, con colores más llamativos y formas diferentes, todos ellos en conjunto consiguen formar un desfile de vestimentas a cada cuál más impresionante. En Libertad Digital te contamos algunas curiosidades sobre los trajes típicos que más se ven durante la Semana Santa.

Los capirotes

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Miembros de una cofradía con el capirote durante una procesión.

Posiblemente este sea el atuendo más tradicional de la Semana Santa. Acompañado de una túnica o capa, y vestido por los conocidos nazarenos, este gorro puntiagudo es el más reconocible de la festividad y tiene sus orígenes en la Inquisición.

Antiguamente, en la Edad Media, este tipo de gorro se utilizaba para identificar a las personas que iban a cumplir condena. Por aquel entonces, se solían decorar con pinturas que hicieran referencia a su delito y así someterse a la humillación pública. Esta prenda se denominaba sambenito. La expresión colgarle el sambenito a alguien proviene de aquí, pues hace referencia a una condena.

Se dice que, en el siglo XVII, hermandades de Sevilla adoptaron este complemento como símbolo de penitencia, extendiéndose así por todo el territorio de España hasta nuestros días.

Soldados romanos

Quizá si hay algún traje que llame la atención es el de los soldados romanos que desfilan por muchas calles de nuestro país. Ataviados con cascos y espadas romanas, grebas, petos y brazaletes, los cofrades de este tipo de hermandades, son admirados por los viandantes que contemplan impresionados todo el entramado de objetos que portan. Podemos encontrarlos desde Valladolid hasta Lorca. Sin duda son uno de los pasos que más interés despierta entre los turistas y lugareños.

Vestidos con petos, brazaletes, cascos y espadas romanas, los cofrades de estas hermandades son, sin lugar a duda, impresionantes de ver por el realismo de sus atuendos y los numerosos complementos que portan, así como el toque de interpretación que tienen que hacer durante la procesión.

Penitentes

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Grupo de penitentes llevando cruces en procesión.

Este es otro de los trajes tradicionales. Da igual el color de la capa, el capirote o la túnica, blanca, negra, morada, roja o verde. Independientemente de esto, son sin duda el traje por excelencia de todas las localidades y ciudades de España. Pero, ¿sabes cuál es el origen del capirote, símbolo por excelencia de estas cofradías? Pues bien, los antecedentes de este complemento están en la Inquisición. Las personas que iban a ser castigadas por algún motivo religioso, tenían la obligación de portar un pedazo de tela que les cubriera parte del pecho y de la espalda, a la vez que también tenían que tener colocado sobre la cabeza un cucurucho de cualquier tipo de material: cartón, tela…

A partir de 1909, la procesión del Santo Entierro introdujo a varios hermanos vestidos con el atuendo de la Santa Inquisición, de ahí que muchas cofradías nacionales lo tengan. Tiene especial importancia sobre todo en la Semana Santa de Andalucía. Las ocho provincias del sur, especialmente la fervorosa Sevilla cuentan en prácticamente todas sus procesiones con este tipo de cofradías, todo un espectáculo visual y de silencio.

Tercerol

Si el capirote tiene preeminencia en Andalucía, el tercerol, es eminentemente aragonés. ¿Qué es? Son las típicas capuchas con las que se tapan los cofrades mientras recorren en procesión las calles de la ciudad o el municipio. Comenzaron a usarlas los hermanos de la Venerable Orden Tercera de San Francisco, de ahí su nombre, tercerol. La portaban para taparse la cara y despertar la curiosidad e interés de quienes les veían por la calle.

La existencia de los terceroles como portadores de pasos procesionales es segura desde los últimos años del siglo XVIII hasta el año 1935. Aquel año se pusieron en huelga y no quisieron sacar los pasos procesionales, y desde entonces fueron carrozados y sacados por las diversas cofradías que se crearon. Algunos de ellos llevaban naranjas en el interior de las peanas y faroles, con las que se refrescaban en las paradas de la procesión. Iban dando a los fieles que venían trozos de laurel, olivo y algunas naranjas. Vestían, además del tercerol una túnica negra hasta los pies, abrochada con doble fila de botones, entre las que va una franja de terciopelo morado, con bocamangas, cinturón y cuello del mismo terciopelo. Del cinturón pendía en el lado derecho un pañuelo blanco, cuyo fin era secar el sudor, y del izquierdo, un gran rosario de madera. Completaba el habito la medalla distintiva de la hermandad y guantes y zapatos negros.

Mantillas y peinetas

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Mujeres en desfile de Semana Santa con peineta y mantilla.

Cada año durante esta fiesta, mujeres de todas las edades y lugares se preparan para vestir de mantilla, una tradición que se reservó exclusivamente a celebraciones de carácter religioso como misas, bodas y en este caso, también la Semana Santa.

Existen mantillas de todo tipo de tejidos y colores, pero estas en concreto deben ser de encaje negro y no deben llevar ningún tipo de adorno, ya que su simbología es la del luto que se guarda el Jueves y Viernes Santo. Deben ir acompañadas de un vestido negro, sencillo y discreto, con mangas largas o francesas preferiblemente.

Las vírgenes

Estos pasos y sus estilismos son sin duda los protagonistas por excelencia de esta fiesta y para prepararlas para su gran día cuentan con lo que se conoce como "vestidor de vírgenes".

Esta tarea es casi un don, un arte, ya que los encargados de hacerlo deben sacar el mejor partido a un patrimonio de gran valor material y riqueza sentimental, además de ensalzar la belleza de las imágenes.

En los últimos tiempos, algunas vírgenes han conseguido un estilo más innovador, mientras que otras mantienen el sello propio y clásico que las caracteriza. Sea como sea, todas tienen en común un estilo que deja boquiabiertos a todos aquellos que las ven portar sus exuberantes mantones de diferentes colores con detalles bordados con hilos de oro fino, sus tocados de agujas, coronas, joyas y complementos.

Liturgia de los colores

La única distinción está en los colores, y es que estos juegan un importante papel en estas celebraciones. Así, la cofradía de Ecce-Homo viste de morado, que simboliza las moraduras de Cristo tras la pasión, la Hermandad de María Santísima de las Angustias lleva la capa color azul, símbolo de la Virgen María. Además, hay túnicas y capas rojas, como símbolo de sangre, y otras que simbolizan la eucaristía, el dolor o la alegría de la resurrección. Hasta la Cofradía de los Granaderos esconde en su ropaje símbolos de la pasión, ya que mientras que en el Viernes Santo visten pantalón negro como muestra de luto y dolor, en el domingo de Pascua el color es blanco, al igual que las capas de todos los cofrades.

Por otra parte, el Báculo, bastón que lleva cada Vesta, con un anagrama de la cofradía a la que pertenece como remate, se adornan con flores el Domingo de Pascua, para simbolizar la alegría por la Resurrección de Cristo.

Junto a las vestas o nazarenos que procesionan estos días, se pueden ver Corporaciones de Sayones, Longinos y Granaderos, personajes únicos de la Semana Santa Marinera.

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