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Agua fría o caliente, ¿Qué es mejor para la piel?

La ducha es algo que, ya sea por la mañana o por la noche, es momento de relax para todos pero ¿es mejor con agua caliente o fría?

La ducha es algo que, ya sea por la mañana o por la noche, es momento de relax para todos pero ¿es mejor con agua caliente o fría?
PSYCHO, Anne Heche, 1998, ducha Fotograma de la película 249. | Cordon Press

Llega el final del día y cada uno busca relajarse con una ducha, pero ¿es mejor ducharse con agua fría o con agua caliente? No cabe duda que esta pregunta se la ha hecho todo el mundo en más de una ocasión. Lo cierto es que la idea de darse una ducha de agua fría cuando los termómetros están excesivamente altos es algo más que revitalizante, mientras que darse un baño de agua caliente en pleno invierno o cuando sencillamente se necesita reducir el estrés o los dolores musculares, resulta un plan realmente tentador.

Pero, como norma general el agua caliente o fría dependerá del horario de la ducha y de lo que se busque, además de estar limpio, con ella. Así que tanto si tu elección viene condicionada por la época del año, por el estado de ánimo o por si tu piel es más o menos sensible, tenemos que confesarte que ambas alternativas tienen sus correspondientes ventajas e inconvenientes.

Ambas opciones tanto sus beneficios como sus inconvenientes, obviamente las características son diferentes y, por tanto, las condiciones en las que se escoge agua caliente o agua fría también.

Beneficios de una ducha fría

Aunque puede que te estremezcas solo de pensar en darte una ducha de agua fría, sobre todo cuando llega el frío, lo cierto es que el agua fría puede tener numerosos beneficios para el cuerpo. Especialmente si decides agua fría por la mañana servirá para activarte y llegar más despejado al trabajo, pero no solo eso:

  • Mejora la circulación sanguínea

Esta es la razón principal por la que los expertos siempre recomiendan este tipo de duchas con agua fría, especialmente para personas con problemas de circulación. ¿Por qué es recomendable? Porque el agua fría en contacto con nuestra piel favorece que la sangre circule más rápido para mantener la temperatura corporal ideal, mejorando así la circulación sanguínea.

  • Ayuda a despertarte por las mañanas

El contraste del agua gélida con la temperatura corporal provoca una conmoción en tu cuerpo. Este shock hace aumentar la ingesta de oxigeno, el ritmo cardíaco y la vigilancia, lo que puede incluso aliviar el dolor de cabeza persistente o migraña. Por otro lado, al activarnos, no es muy recomendable darse una ducha con agua fría por la noche antes de dormir.

  • Aporta energía

Seguramente que alguna vez te has levantado aún con sueño y al lavarte la cara con agua fría has notado un aumento de la energía. Esta reacción de nuestro cuerpo tiene sentido, ya que el agua fría estimula los sentidos provocando que nuestro cuerpo quede en un estado de alerta.

  • Ayuda a la recuperación muscular

Tras una jornada intensa de ejercicio, una ducha de agua fría siempre ayudará a que los músculos se relajen y puedan reducir la inflamación muscular. Además de esto, el agua fría también acorta el tiempo de recuperación muscular, es por eso que verás a los deportistas darse baños helados tras cada sesión de entrenamiento.

  • Puede ayudar a aumentar la pérdida de peso

Cuando nuestro cuerpo se somete a temperaturas muy frías, algunas de sus células grasas, como el tejido adiposo marrón, se activan para generar calor corporal. Esta acción puede conllevar la quema de grasa y la disminución de la celulitis.

De hecho, se estima que se queman 3,74 kcal por minuto cuando la ducha es de agua fría. Obviamente, darse duchas de agua fría no es suficiente para perder peso, sino que es necesario hacer cambios alimenticios, así como incrementar el nivel de actividad física, pero es un plus que quizá pueda ayudar.

  • Calma el picor de la piel

Al contrario que puede suceder con la combinación de piel sensible y las duchas de agua caliente, las duchas frías ayudan a calmar el picor y a evitar la irritación de la piel. Por ello, muchas veces cuando compramos remedios contra las picaduras de insectos son acción en frío.

  • Mejora el aspecto de la piel y el cabello

El agua fría aprieta y contrae el flujo sanguíneo, haciendo que la piel tenga un brillo más saludable.

En cuanto al cabello, cierra y fortalece sus cutículas, haciéndolo más fuerte y saludable con el tiempo. Además, a diferencia del agua caliente, no seca la capa de sebo que protege la piel y el cabello. Sin embargo, esto no significa que deberías lavarte el pelo con agua fría. En vez, lo mejor es lavarlo con agua templada.

Beneficios de una ducha caliente

Puede que para muchos no exista nada más relajante y reconfortante que un largo baño de agua caliente, pero cuidado porque con ‘caliente’ nos referimos a una temperatura de entre 36,5 ºC y los 39ºC. Una temperatura más alta podría llegar a quemar, irritar o dañar nuestra piel. Además de relajarnos después de un duro día de trabajo tiene otros beneficios:

  • Ayuda a reducir el estrés

Al contrario que sucede con las duchas frías que pueden darnos un chute de energía y despertarnos más, las duchas de agua caliente pueden ser un gran aliado para reducir el estrés y los nervios. De hecho, este tipo de agua ayuda a reducir la tensión generada en los músculos, por lo que el cuerpo se queda mucho más relajado, haciéndonos sentir mucho más tranquilos física y mentalmente.

  • Reduce las migrañas y el dolor menstrual

El agua caliente es otro gran aliado para dilatar los vasos sanguíneos, por lo que también puede ayudar a reducir las migrañas.

Mientras que el agua fría puede llegar a intensificar los calambres y dolores menstruales, el agua caliente y esa cualidad relajante que posee, puede sernos de gran ayuda para reducirlos.

  • Descongestiona las fosas nasales

El vapor del agua caliente puede ser de gran ayuda también para descongestionar las fosas nasales y eliminar la mucosidad. Así que una ducha de agua caliente puede ayudarnos a mejorar y acabar con esa desesperante congestión nasal.

  • Relaja la musculatura

Tras un entrenamiento, el agua caliente es ideal para aliviar la tensión corporal y la fatiga muscular acumulada. Los músculos estresados consiguen relajarse gracias a las venas dilatadas como consecuencia de estar expuestas a altas temperaturas. El mismo efecto se consigue entrando en una sauna o hammam.

  • Ayuda con las imperfecciones de la piel

El calor ayuda a abrir los poros de la piel y nos permite limpiar la suciedad, las espinillas y las células muertas con mayor facilidad. Es esa suciedad y el aceite obstruido que provoca el acné y otras imperfecciones.

¿Cuál es la mejor opción?

La verdadera respuesta a esta pregunta es depende, ya que como hemos explicado cada una de estas dos opciones cuenta con sus propias ventajas. Así que lo más recomendable es aprovechar los beneficios de ambas y siempre en función del efecto o el beneficio que busquemos en ese momento.

Pudiendo por ejemplo, preferir una ducha de agua fría para despertarnos con energía o para recuperarnos después de una intensa jornada de ejercicio y una ducha de agua caliente para relajarnos después de una intensa jornada laboral o antes de ir a dormir para asegurarnos un buen descanso.

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