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¿Cómo reconocer los vínculos tóxicos entre personas?

Los vínculos afectivos se establecen a lo largo de toda la vida, pero no todos son buenos. ¿Cómo reconocer las relaciones tóxicas? ¿Hay patrones?

Los vínculos afectivos se establecen a lo largo de toda la vida, pero no todos son buenos. ¿Cómo reconocer las relaciones tóxicas? ¿Hay patrones?
gente, grupo, amigos | Pixabay/CC/StockSnap

Las relaciones humanas conllevan cierta complejidad en lo que respecta a lo vincular: pueden ser armoniosas y amorosas, así como desgastantes y nocivas para la integridad física y emocional. Además, las relaciones afectivas entre personas son algo que surge desde la más temprana edad ya sea en la escuela infantil, en el colegio, con la familia, en el parque... y conforme se va creciendo van cambiando estos vínculos.

Dentro de los vínculos, están la familia, los amigos, los conocidos y la pareja y, en cualquiera de estos, puede haber una relación que no sea sana para ambas partes o para una de ellas. De hecho, seguro que más de una vez se ha tenido la sensación de que no se puede decir lo que se piensa para evitar desacuerdos con la otra persona, o uno se ha sentido sometido a un interrogatorio cada vez que se tiene una conversación o reprochado o celado todo el tiempo por usar su libertad. Seguramente eso hayan sido relaciones tóxicas o con mala comunicación.

Por todo ello, hay que saber reconocer los vínculos tóxicos entre personas ya que es algo esencial para preservar la salud mental y emocional, así como para tomar decisiones que fomenten relaciones saludables. Esta tarea puede no ser sencilla ya que los vínculos tóxicos pueden tomar muchas formas, pero hay señales comunes que pueden ayudar a identificarlos.

¿Qué es un vínculo anímico?

Un vínculo anímico es una conexión fuerte e inusual entre dos personas que las une física, mental y espiritualmente, y, por muy raros que sean, es posible tener más de un vínculo anímico a lo largo de la vida. También se puede experimentar uno no correspondido si la otra persona no siente lo mismo. Los vínculos anímicos se dividen en tipos:

  • Protección: El vínculo anímico de protección ocurre cuando una persona atraviesa una situación vulnerable y otra la rescata. Este es particularmente fuerte y tarda en recuperarse si se rompe.
  • Unión: Otro ejemplo es el de unión. Este normalmente empieza como un sentimiento muy intenso, ya sea lujuria, dolor o incluso odio.

Para identificar estas relaciones o vínculos sanos hay que fijarse en algunos factores clave como que está basado en la elección, no en la obligación, la culpa o la dependencia. De hecho, son vínculos sanos aquellos que se establecen con personas, cosas o actividades con las que uno elige vincularse libremente. Entonces, ¿Qué ocurre con la familia?; si la familia es algo que viene dado, ¿Se puede hablar de vínculos familiares? es cierto que la familia de origen no se elige, pero sí se elige la manera de vincularse con el círculo familiar, padres, hermanos... No es lo mismo, por ejemplo, elegir vincular desde "el querer", que elegir vincular desde "el deber".

Una relación sana también es nutritiva, ya que enriquece intelectual y emocionalmente. Por ello, son vínculos sanos aquellos que se establecen con personas, cosas o actividades que aportan emociones, vivencias o aprendizajes positivos que hacen crecer y desarrollarse. Por el contrario, aquellas actividades o personas que aportan sentimientos de culpa, que sacan de el lado más negativo, que proporcionan vivencias nocivas, son vínculos tóxicos.

Otra manera de identificar un vínculo sano es que es flexible, se adapta a las circunstancias sin resultar absorbente. Son vínculos sanos aquellos que se establecen con personas, cosas o actividades que permiten una cierta flexibilidad tanto en el tipo de relación como en las dinámicas que en ella se generan. No obstante, un vínculo que puede ser sano en un determinado momento puede tornarse en tóxico, si su rigidez limita a las personas o les impide que se desarrollen. Esto suele ser muy común en las parejas, en las que los cambios son percibidos, en ocasiones, como sinónimo de peligro, haciendo que los miembros no puedan descubrir o desarrollar nuevas facetas de sí mismos.

Relaciones tóxicas, ¿Cómo se explican?

Las relaciones tóxicas son aquellas en las que se produce una dinámica destructiva que puede tener consecuencias negativas, tanto para la salud emocional como para la física, de las personas involucradas. Hay que tener claro que estas relaciones pueden darse en diferentes ámbitos, ya sea amoroso, laboral y familiar.

Para saber cual es una relación tóxica hay que saber que, en general, se caracterizan por la presencia de comportamientos, actitudes y emociones que resultan dañinos para una o ambas partes involucradas. Entre los comportamientos que se pueden presentar en una relación tóxica se encuentran la manipulación, el control, la humillación, el abuso físico, el abuso sexual, la indiferencia, la falta de respeto y la deslealtad. Ahora bien, ¿Por qué, a veces, de forma consciente, se mantiene una relación tóxica? La explicación puede ser que el mantenimiento de esta relación se produce por cierta falta de confianza en sí mismo y el miedo al futuro más o menos incierto. A veces, la llamada 'zona de confort' se convierte poco a poco en un infierno auto impuesto. Pero, hay más razones que suelen explicar el por qué de esta situación:

  • Miedo a la soledad
  • Dependencia emocional
  • Baja autoestima
  • Sentimientos de culpa
  • Creencia de que la otra persona va a cambiar

Señales de que el vínculo es tóxico

  • Control excesivo: Uno de los signos más evidentes de un vínculo tóxico es el control excesivo. Esto puede manifestarse, por nombrar algunos ejemplos, a través de la manipulación, la imposición de reglas injustas o la falta de respeto por la autonomía de la otra persona.
  • Comunicación negativa: Las relaciones tóxicas a menudo involucran una comunicación negativa. Esto incluye críticas constantes, descalificaciones, insultos o incluso el silencio prolongado como forma de castigo.
  • Dependencia emocional: Los vínculos tóxicos pueden llevar a una dependencia emocional, donde una persona se siente incapaz de tomar decisiones o cuidar de sí misma sin la aprobación o el apoyo constante del otro. Esto puede ser perjudicial para ambas partes y crear desequilibrios en la relación.
  • Falta de apoyo: En una relación saludable, ambas partes deberían sentirse apoyadas y alentadas en sus metas y sueños. En un vínculo tóxico, una de las personas puede desalentar o minimizar constantemente los logros y aspiraciones del otro.
  • Falta de límites: Los límites personales son esenciales para cualquier relación. Si dentro de una relación se siente que el espacio personal y emocional es constantemente invadido, es un signo de un vínculo tóxico. El respeto de los límites es crucial para la convivencia y la salud emocional.
  • Manipulación y culpa: Las personas en relaciones tóxicas a menudo utilizan la manipulación emocional para obtener lo que quieren. Esto puede incluir el uso de la culpa, el victimismo o la amenaza para controlar a la otra persona.
  • Sentirse utilizado/a: También puede que uno puede sentirse utilizado cuando está con esa persona.
  • Falta de empatía: La empatía es esencial en cualquier relación. La incapacidad o falta de interés en comprender y apoyar las emociones y necesidades de la otra persona es una señal de un vínculo tóxico.
  • Ciclos de abuso: Las relaciones tóxicas a menudo experimentan ciclos de abuso y reconciliación. Las discusiones y conflictos constantes, seguidos de disculpas y momentos de calma temporal, son un patrón característico de un vínculo tóxico.
  • Obsesión: Puede que se tenga un vínculo anímico tóxico si se descubre que uno es incapaz de dejar de pensar en la otra persona por mucho que lo intentes.
  • Dificultad para expresarse: Puede que uno no consiga expresarse del todo con esa persona, aunque sea considerada como el amor de la vida o un buen amigo.
  • Un deseo injustificado de mantener la relación: También es habitual sentir un fuerte deseo de mantener la relación aunque se sepa desde hace tiempo que no aporta nada.
  • Sentimientos negativos: Esta conexión anímica puede dar pie a sentimientos negativos como el enfado o los celos entre ambas personas.
  • Senrtirse perdido/a: Podría uno sentirse perdido en la relación o incluso dejar a un lado a amigos o familiares para estar con esa persona.

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