
Seguramente más de una vez se hayan escuchado rumores sobre los imanes en la nevera y si pueden afectar a la calidad de esta. Como siempre, hay rumores que se acaban convirtiendo en meros mitos, mientras que otros tienen parte de realidad. Pero los imanes son parte de la tradición española, en unos hogares hay más y en otros menos, pero alguno siempre hay. Además, los imanes son unos de los souvenirs por excelencia que sirven como recuerdo de viajes tanto al extranjero como dentro del propio país.
De hecho, colocar imanes en la nevera es una práctica común en muchos hogares. Los imanes pueden servir como elementos decorativos, mantener recordatorios importantes a la vista o incluso como una forma de personalizar la apariencia de este electrodoméstico. Sin embargo, surgen dudas sobre si esta costumbre podría ser peligrosa para la nevera o para la salud.
¿De qué están compuestos estos imanes?
Los imanes que se utilizan comúnmente para pegar en la nevera y que llevan llamativos diseños llenos de colores, están fabricados normalmente con capas exteriores que pueden ser de resina sintética u otros materiales, pero las críticas que se levantan, giran en torno al material magnético en sí.
Los imanes están hechos de materiales magnéticos, como acero inoxidable, hierro o aluminio, los cuales tienen propiedades magnéticas que les permiten adherirse a superficies metálicas, y sobre estos compuestos es que se ha tejido una gran cantidad de mitos sobre su efecto en el electrodoméstico.
¿Aumentan los imanes el gasto de electricidad?
No es realmente posible ya que el campo magnético que generan los imanes decorativos es tan débil y pequeño que es imposible que modifiquen y aumenten la corriente eléctrica. Los factores que sí influyen en el aumento del gasto de electricidad de un aparato refrigerador son, sin embargo, su clase energética y el uso que se haga del propio electrodoméstico de forma irresponsable.
No hay que olvidar que, gracias al campo magnético de los imanes, ese mismo que hace que estas piezas se adhieran a las puertas de la nevera o de cualquier superficie metálica, se ha extendido el mito de que este puede llegar a dañar los alimentos. Esta creencia asegura que, si se colocan imanes pegados a la puerta, la calidad de conservación de los alimentos se verá mermada, por lo cual se terminará con la comida en mal estado en un tiempo menor al esperado. Además, también se ha llegado a asegurar que los imanes son capaces de aumentar el consumo eléctrico del electrodoméstico, lo que se notará en el recibo.
Cuál es la verdad sobre el peligro de los imanes en la nevera
Ante tantos años de mitos, se han querido aclarar varios puntos, el primero es que la creencia de que los imanes en la nevera dañan la comida es falsa. De hecho, los imanes que se utilizan en el refrigerador son generalmente de baja potencia y no generan campos magnéticos lo suficientemente fuertes como para afectar los alimentos. Por otra parte, tampoco subirá el recibo de electricidad, pues, los campos electromagnéticos generados por los imanes de nevera son insignificantes y no afectan el consumo de electricidad.
Además, en cuanto a la seguridad de la nevera, los imanes no representan un peligro real ya que los refrigeradores modernos están diseñados para soportar la exposición a estos pequeños objetos magnéticos. El revestimiento exterior de la nevera suele ser de acero inoxidable o de un material resistente que no se ve afectado por los imanes.
Sin embargo, es importante mencionar que, si bien los imanes no son perjudiciales para la nevera en sí, es esencial tener en cuenta algunas precauciones. No hay que colocar imanes cerca de áreas sensibles, como las juntas de la puerta, ya que podrían dificultar un sellado hermético. Un sello ineficaz puede afectar la eficiencia energética de la nevera, lo que podría aumentar el consumo de energía y los costos asociados.
En lo que respecta a la salud, la preocupación más relevante radica en la seguridad de los imanes. Los imanes pequeños no suelen ser peligrosos para adultos, pero podrían ser una amenaza para niños pequeños o mascotas si se ingieren. Ingerir imanes podría causar graves problemas intestinales o incluso requerir una intervención médica. Para evitar posibles problemas, es importante colocar los imanes en la parte superior o en las zonas menos accesibles de la nevera, fuera del alcance de los niños y las mascotas.
Cosas que sí pueden afectar negativamente el funcionamiento de la nevera
Más allá de la preocupación de los imanes, sí existen cosas que pueden afectar negativamente el funcionamiento de una nevera. Si el refrigerador está ubicado en un espacio con poca o ninguna circulación de aire, puede comenzar a utilizar más energía y funcionar de manera inadecuada.
Además, gomas de sellado desgastadas pueden llevar a que el frío escape, generando un gasto de energía adicional y llevando a un funcionamiento inadecuado. De igual forma, un mantenimiento deficiente, acumulación de suciedad en ventilador o bobinas, así como conexiones eléctricas mal realizadas, pueden llevar a fallas importantes.
Daños que sí pueden causar los imanes en las neveras
No aumentan el recibo de la electricidad ni dañan la comida, pero sí que los imanes en la puerta de la nevera pueden llegar a causar problemas que van más allá de las pantallas táctiles en los modelos modernos. ¿En qué sentido puede ser bueno colocarlos o no?
Si los imanes se colocan directamente sobre la superficie de la nevera, pueden rayar o dañar el acabado exterior. Además, si se utilizan imanes demasiado fuertes o pesados en la puerta de la nevera, estos pueden ejercer presión adicional sobre los sellos de goma, lo que, con el tiempo desgastará los sellos más rápido, causando fugas de aire frío y un menor rendimiento de enfriamiento.
Alternativas para pegar imanes en la cocina
- Pizarras magnéticas o tableros magnéticos
- Paredes electromagnéticas

