
La moda, aunque parezca mentira, está estrechamente ligada a la psicología humana, por lo que la forma de vestir de cada uno tiene un impacto significativo en la autoestima, confianza y en cómo le perciben los demás. Tanto es así que cuidar el aspecto externo ejerce una influencia indudable sobre el estado de ánimo, de hecho, los psicólogos recomiendan cuidar la apariencia física como parte de la rutina de autocuidado.
La clave está en que aquello que el espejo devuelve contribuye a aportar diferentes emociones, de ahí la importancia de incluir el aseo y el modo de vestir en el autocuidado, sin que se convierta en una obsesión, de hecho, el hecho de arreglarse puede aportar pensamientos positivos sobre uno mismo y mejorar la autoestima.
Hay que tener claro que la vestimenta puede influir en el estado de ánimo de varias maneras. En primer lugar, la elección de la ropa puede ser una expresión de la personalidad y el estado de ánimo. Cuando uno se viste de manera cómoda y casual, es probable que se sienta relajado y despreocupado. Por otro lado, cuando se optan por prendas elegantes y formales, es más probable que uno se sienta seguro y empoderado. No obstante, la ropa también puede reflejar las emociones; por ejemplo, un atuendo colorido y alegre puede ayudar a sentirse más feliz, mientras que un atuendo oscuro y sombrío puede reflejar tristeza o melancolía.
Además, la vestimenta puede afectar la percepción que los demás tienen de uno, lo que a su vez puede influir en el estado de ánimo. Cuando uno se ve vestido con confianza y estilo, es más probable que reciba cumplidos y comentarios positivos, lo que puede aumentar su autoestima y hacerle sentir bien. Por otro lado, si uno va vestido de manera descuidada o inapropiada, podría sentirse incómodo y avergonzado, lo que afectaría negativamente al estado de ánimo.
Además, la psicología de la vestimenta también se relaciona con el concepto de "ropa de confort", de hecho, muchas personas tienen prendas que los hacen sentir seguros y cómodos, como su camiseta favorita o su suéter más acogedor. Usar estas prendas puede actuar como una especie de manta emocional, brindando consuelo en momentos de estrés o ansiedad. Sin embargo, es importante recordar que la relación entre la vestimenta y el estado de ánimo no es una regla universal. Lo que funciona para una persona puede no ser igual para otra.
La importancia del color
A menudo se suele creer que escoger ropa, accesorios o maquillaje de determinados colores es algo trivial, de hecho se pueden asociar estas elecciones a algo puramente estético y superficial. Sin embargo, la psicología del color enseña lo contrario, tanto la elección de los estilismos como de los colores que lo componen afectan a la forma de pensar, sentir y actuar. De hecho, ambos elementos, tanto el vestuario como el color, son potentes herramientas de comunicación, hacia uno mismo y hacia los demás.
Tanto es así que, a lo largo de la historia, el color y la ropa han sido utilizados para lanzar mensajes: desde el oficio que desempeña la persona que lo luce, como el verde que llevan los médicos, hasta rangos sociales, por ejemplo, Luis XVI decretó que todos los tacones masculinos debían ser de color rojo. Sin embargo, un mismo color en distintas culturas no tiene por qué compartir significado, por ejemplo, el color amarillo en China simboliza la riqueza y en occidente se ha dicho que da mala suerte, especialmente en el teatro. El color también ha visibilizado y dotado de identidad a protestas sociales, como los pañuelos verdes en Argentina o el morado asociado actualmente al movimiento feminista.
La personalidad en el vestuario
La moda es una forma de autoexpresión ya que la ropa que uno elige puede decir mucho sobre su personalidad, gustos y valores permitiendo mostrar al mundo quién eres y cómo quieres ser percibido. De hecho, al vestir de cierta manera, se construye una identidad visual que puede comunicar poder, creatividad, sofisticación o cualquier otra cualidad que se desee proyectar. Además, la ropa también puede influir en la percepción propia, es decir, en cómo uno se ve a sí mismo.
¿Cómo escoger los colores que mejoran el estado de ánimo?
Cuando uno se viste por la mañana lo primero que ocurre es que el color provoca una sensación física que activa en cada persona su estado emocional. Esto no solo influye en su humor, también pueden percibirlo inconscientemente las personas con las que uno se relaciona a lo largo del día. Cada tono influye en aspectos psicológicos distintos y, dependiendo también de cómo se combinen entre sí, influirá en el tipo de reacción. Esas sensaciones predisponen a tener unas actitudes concretas que afectan a la forma de pensar. Entonces, ¿Qué colores hay que utilizar para mejorar el estado de ánimo? Aunque no se trata de reglas universales, la psicología del color ayuda a lanzar mensajes teniendo en cuenta las siguientes afirmaciones:
- Los básicos como el negro y el gris significan compromiso. De hecho, el gris simboliza neutralidad y sofisticación.
- El negro para poner un límite entre cómo uno se siente y sus circunstancias.
- El blanco simboliza la excelencia y la pulcritud, también es sinónimo de pureza, castidad, y pulcritud. Es muy usado por todo el mundo en una gran variedad de ocasiones.
- Los colores cálidos invitan a tener ideas más abiertas, a ser más proactivas.
- Los colores fríos inspiran pensamientos más concretos y profundos.
- Los colores vivos y alegres transmiten apertura.
- Los colores complementarios combinados entre sí transmiten creatividad.
- Los brillantes y rotundos como el rojo ayudan a sentir más poder personal.
- El rojo transmite calor, peligro, poder, pasión y fortaleza.
- El naranja las personas que lo usan dan la sensación de tener una autoestima fuerte y segura.
- El rosa puede inspirar una gran variedad de emociones, desde diversión y excitación (rosas fuertes) hasta relajación y falta de energía (rosas pálidos).
- El amarillo transmite desde alegría y esperanza hasta precaución, decadencia y celos.
- El verde da equilibrio. Además, transmite éxito, salud y seguridad. El verde oscuro es masculino y conservador.
- El marrón transmite estabilidad. Al igual que el beige y canela, el marrón es un color tierra relajante. Esta sensación ayuda a reducir el estrés e invita a las personas a acercarse hacia a ti para conversar.
- Los azules transmiten confianza y da la sensación de tranquilidad, autoridad y lealtad.
- El púrpura simboliza lealtad, riqueza, poder y sensibilidad. Es además el color de la pasión y del amor.
Mayor descuido en casos de depresión o tristeza
Llevar un aspecto descuidado puede generar sensaciones y efectos negativos en la percepción de uno mismo. Por ejemplo, es algo típico de las personas que sufren depresión. El motivo es que su estado de ánimo hace que descuiden su aseo personal, y esto, a su vez, les deteriora el estado de ánimo, lo que se convierte en un círculo vicioso.