
El frío suele llegar a partir de octubre y noviembre, pero en los meses más duros es habitual encender estufas, chimeneas o la calefacción en casa. Sin embargo, dependiendo de la cantidad de personas que convivan y del tiempo que la casa permanezca sin ventilación es posible que se concentre un ambiente demasiado cargado. Por ello, siempre viene bien recurrir a algunos de los trucos o remedios naturales que permiten que el hogar sea también acogedor en otoño e invierno.
Uno de estos trucos es el de la naranja y el radiador, que es sencillo y aportará al hogar un olor embriagador junto con agentes antibacterianos. En realidad, sirve cualquier tipo de cítrico. El motivo es que colocar una rodaja de naranja en el radiador no solo es un experimento curioso, sino que también despierta la intriga sobre los procesos químicos y físicos que tienen lugar. Este fenómeno explora la interacción entre el calor generado por el radiador y los compuestos químicos presentes en la naranja.
Cómo funciona el truco de la naranja en los radiadores
Hay que recordar que antiguamente, para perfumar ambientes cerrados, utilizaban la esencia de los cítricos. Esto es que, cuando sobraban limones o naranjas, se acostumbraba quitarles la cáscara para tirarlos a las cenizas de la estufa o chimenea, de tal forma que así eliminaban cualquier tipo de hedor o olor rancio y rancio. Actualmente si se quiere mantener esta tradición para tener un ambientador natural se puede reedeitar, es decir, en aquellos hogares donde no haya chimeneas se puede colocar la piel de los cítricos sobre el radiador para que la esencia se extienda por las estancias de la casa.
Más allá de la recomendación habitual de abrir las ventanas para ventilar, en ocasiones no es posible hacerlo, y para ello se puede recurrir a las bondades de este cítrico. Hay que destacar que se pueden usar tantas naranjas como se desee en los diferentes radiadores, según la intensidad que se busque y se puede hacer el mismo truco con limones o con otros cítricos.
Pero, ¿Por qué funciona esto como ambientador? Porque cuando una rodaja de naranja entra en contacto con un radiador caliente, varios eventos interesantes comienzan a desarrollarse. En primer lugar, el calor del radiador acelera la liberación de los aceites esenciales presentes en la cáscara de la naranja. Estos aceites, que contienen compuestos aromáticos como limoneno y terpenos, son responsables del característico y agradable aroma cítrico. El calor también provoca cambios en la estructura de los compuestos químicos presentes en la naranja, liberando moléculas volátiles que contribuyen al aroma. Este proceso es similar al que ocurre cuando se exprime una cáscara de naranja para liberar su fragancia. No obstante, se sabe que no solamente puede hacerse con naranjas, de hecho, utilizar el limón como ambientador es una opción natural y libre de químicos en comparación con los ambientadores comerciales.
¿Cómo hacer ambientador con cítricos? Se necesita un cítrico cualquiera, ya sean limones, naranjas, pomelos, limas... y papel de horno. Lo primero es lavar y secar los limones y luego cortar esos limones en rodajas finas. Cuantas más rodajas cortes, más fragancia liberarán. A continuación hay que colocar las rodajas de limón en la parte superior del radiador o cerca de los conductos de calor. Se pueden poner directamente sobre el radiador, pero para evitar que se pueda manchar, lo mejor es usar papel de horno o colocar esas rodajas en una bandeja resistente al calor.
A continuación hay que encender el sistema de calefacción, ya sea el radiador o el sistema de calefacción central. A medida que el calor se propague por la habitación, comenzará a calentar las rodajas de limón, liberando su fragancia cítrica en el aire. Las rodajas de limón se secarán con el tiempo y perderán su aroma, por lo que hay que vigilarlas y reemplazarlas cuando se vayan secando. Tampoco hay que olvidar que los limones también tienen propiedades desinfectantes y purificantes que pueden ayudar a mejorar la calidad del aire.
Alternativas para perfumar el hogar
Además del truco mencionado, existen otras opciones para poder perfumar el ambiente doméstico de una manera sencilla y con métodos caseros. Por ejemplo, es posible hervir las pieles de naranja y limón en un cazo con 500 ml de agua durante al menos 10 minutos, consiguiendo de esta manera que su aroma cítrico se extienda por todo el hogar.
Un efecto similar se puede lograr utilizando unas ramitas de canela y laurel como alternativa a las pieles de las frutas. En cualquier caso, se aconseja no tirar el agua perfumada, la cual se podría colocar en un recipiente de cerámica para conservar el olor durante varios días. Entre las principales recomendaciones a tener en cuenta para perfumar el hogar destacan:
- Ambientadores naturales: aromatizar el hogar con ambientadores naturales es siempre más aconsejable que recurrir a aquellos que tienen esencias químicas y que, por tanto, pueden tener elementos perjudiciales para la salud. Lo mejor es optar por olores frescos como el eucalipto, el pino o la lavanda.
- Difusores de aceites esenciales: en la actualidad los difusores más empleados son los ultrasónicos o humidificadores, aunque los originales creados con una vela que se encarga de calentar el aceite esencial siguen siendo una buena opción.
- Flores distribuidas por el hogar: una de las maneras más eficaces, pero también decorativas y naturales de aromatizar cualquier estancia del hogar, es la de distribuir jarrones con flores por ellas. Se puede recurrir al uso de cualquier variedad y que pueda encajar tanto por su aroma como por su estilo en la decoración de la habitación en la que se vaya a colocar.
- Flores secas: aunque ya estén secas, mantienen el aroma de las flores naturales, y se convierten en una buena opción para aromatizar el hogar, al mismo tiempo que se le da un toque especial y decorativo a alguno de los rincones de la casa.
- Café: el café es una bebida muy adictiva que acompaña a diario y que conquista tanto por su sabor como por su inconfundible aroma. Precisamente es por esto último por lo que puede convertirse en uno de los grandes aliados para acabar con los malos olores del hogar. Es suficiente con colocar un recipiente con granos de café o usar el poso de la última cafetera para enmascarar los olores desagradables y hacer que la cocina huela siempre a café recién hecho.

