
Exponerse al sol es una actividad recreativa de la que muchas personas disfrutan y muy habitual en los meses de verano, cuando los más apasionados suelen permanecer largas jornadas bajo el sol. A veces estas sesiones de bronceado se experimentan sin protección solar o con una protección poco adecuada, lo cual constituye un alto riesgo para la salud. Hay que recordar que el abuso del sol sin la protección adecuada puede tener consecuencias graves para la salud de la piel. Además, gracias a las diferentes redes sociales corren muchos bulos y uno de ellos, que se está haciendo muy popular es el callo solar. Pero, ¿Qué se supone que es el callo solar? Este concepto implica la creencia equivocada de que, al exponerse repetidamente al sol sin protección y sufrir quemaduras, la piel se volverá más resistente a futuros daños solares.
Así, en las redes sociales bajo la etiqueta #bronceadosaludable, algunas publicaciones incitan a la juventud a exponerse al sol sin protección con la falsa creencia de que así podrán desarrollar un callo y evitar quemaduras futuras. Pero en realidad este tipo de prácticas pueden tener consecuencias graves para la salud, ya que la mayor causa del cáncer de piel es la radiación ultravioleta emitida por la exposición solar y las cabinas bronceadoras. A pesar de esto, hay que señalar que con el verano se cometen muchas imprudencias relacionadas con la exposición al sol ya que muchas personas consideran que el moreno es algo atractivo y, para conseguirlo rápidamente, toman el sol sin las medidas de protección adecuadas. Es cierto que el sol es necesario y que tomarlo, con seguridad, es importante. De hecho, el sol ayuda al cuerpo a producir vitamina D, esencial para la salud ósea y el sistema inmunológico. Además, una dosis moderada de sol puede mejorar el estado de ánimo y ayudar a regular el ciclo del sueño.
Por contra, hay que tener claro que tomar el sol sin protección con el único objetivo de ponerse moreno produce serios problemas en la piel. El motivo es que el sol emite radiación ultravioleta (UV), que puede dañar la piel de varias maneras, las quemaduras solares son el daño más inmediato y doloroso, de hecho, se estima que alrededor del 50% de los españoles sufren quemaduras solares al menos una vez al año. Pero no es el único daño que produce la exposición al sol, ni tampoco el más grave ya que hay que recordar que a largo plazo, la exposición repetida al sol sin protección puede causar envejecimiento prematuro, como arrugas y manchas solares. Aunque, sin duda lo más preocupante es el aumento del riesgo de cáncer de piel, incluyendo melanoma.
Vitamina D sin quemarse
La vitamina D es necesaria para tener una buena salud en los huesos y dientes, por lo que unos niveles bajos pueden producir osteoporosis. Hay que recordar que esta vitamina se obtiene de manera natural a través de la alimentación y de la exposición al sol, es decir, cuando la luz solar entra en contacto con la piel, se sintetiza vitamina D a partir del colesterol. Pero no hacen falta largas jornadas sino que es suficiente con exponer la cara y los brazos al sol durante unos 15 minutos al día en verano para lograr una producción adecuada de vitamina D. Para ello, la piel no debe llevar protección solar, de esta forma no se bloquea la síntesis de la vitamina D, pero con cuidado y sin quemarse. Hay que ser consciente de que el callo solar no ayuda sintetizar mejor la vitamina D.
Otra forma de aumentar los niveles de esta vitamina es tomando alimentos ricos en vitamina D, como huevos, salmón, dorada y otros pescados grasos. Y, si fuera necesario, el médico puede recetar suplementos de vitamina D.
¿Por qué es tan importante evitar tomar el sol sin protector?
La radiación solar tiene efectos acumulativos en la piel, es decir que cada vez que uno se expone al sol sin protección, está aumentando el riesgo de sufrir daños que pueden tener consecuencias a largo plazo. Los rayos UVA y UVB del sol son responsables de quemaduras solares, envejecimiento prematuro de la piel, manchas y, lo más preocupante, el cáncer de piel.
Por tanto, es evidente que la protección solar es esencial para prevenir estos daños. Usar un fotoprotector con un alto factor de protección solar (FPS) ayuda a bloquear los rayos UV y reducir el riesgo de quemaduras y otros daños cutáneos. Además, es importante aplicar el protector solar adecuadamente y reaplicarlo cada dos horas, o después de nadar o sudar. Tampoco hay que pasar por alto que el mito de que una piel ya bronceada no necesita protección es falso. El bronceado es simplemente un signo de que la piel ya ha sido dañada por el sol e, incluso las personas con piel más oscura pueden sufrir daños por los rayos UV.
Callo solar y sus riesgos
En cuanto a la exposición solar, recientemente se ha puesto de moda hacerlo sin el uso de cremas solares con el fin de crear el denominado "callo solar". Esta tendencia defiende que si uno se expone al sol sin ningún tipo de protección, la piel crea una especie de barrera protectora o callo que hace que uno no se queme y, por tanto, se previene el envejecimiento de la piel, las arrugas y el cáncer de piel. Este término hace referencia a la piel que se ha engrosado y endurecido debido a la exposición crónica al sol, este engrosamiento es una respuesta del cuerpo para protegerse del daño UV, pero también puede ser un signo de daño solar significativo. Por este motivo, es una práctica de riesgo sin sentido ya que, es posible broncearse usando protección solar. Esto es así porque los protectores solares filtran la mayor parte de los rayos UV, pero permiten el paso de una pequeña cantidad que puede estimular la producción de melanina, la sustancia que da color a la piel.
Por otro lado, debe quedar claro que no es necesario quemarse para ponerse moreno. Esto es porque quemarse es un signo de daño celular y no un paso necesario para broncearse y solo aumenta el riesgo de problemas graves como el cáncer de piel, es más, es posible obtener un bronceado gradual y saludable protegiéndose adecuadamente del sol.
Características del callo solar
El callo solar se manifiesta como áreas de piel gruesa, áspera y a menudo de color más oscuro que el resto de la piel. Estas áreas son más comunes en partes del cuerpo que están frecuentemente expuestas al sol, como el rostro, las manos, los brazos y el cuello. La formación de un callo solar es una indicación de daño solar crónico y puede estar acompañado de otros signos de fotodaño, como arrugas prematuras, manchas solares y pérdida de elasticidad de la piel.
Efectos en la salud
- Protección contra daños agudos: La piel más gruesa puede proporcionar una barrera adicional contra los daños agudos causados por la radiación UV, como las quemaduras solares. Este es un mecanismo de defensa natural del cuerpo para reducir el impacto inmediato de la exposición al sol.
- Riesgo aumentado de cáncer de piel: Aunque el callo solar puede ofrecer una protección superficial, no previene el daño al ADN de las células cutáneas. La exposición crónica a la radiación UV es un factor de riesgo significativo para el desarrollo de cáncer de piel, incluyendo melanoma, carcinoma de células basales y carcinoma de células escamosas.
- Envejecimiento prematuro de la piel: La exposición continua al sol y la formación de callos solares están asociadas con el envejecimiento prematuro de la piel. Esto se manifiesta en la aparición de arrugas profundas, manchas oscuras y una textura cutánea áspera.
- Problemas estéticos y psicológicos: La apariencia de los callos solares puede ser estéticamente desagradable para algunas personas, lo que puede afectar su autoestima y bienestar psicológico. La piel gruesa y áspera puede ser incómoda y difícil de tratar.
La piel tiene memoria
La piel no olvida y cada exposición dañina al sol deja una huella que se acumula con el tiempo, aumentando el riesgo de desarrollar problemas cutáneos en el futuro. Por esto, hay que tener claro que el concepto de que la piel puede desarrollar una "tolerancia" al sol es una falacia peligrosa, de hecho, la realidad es que cuanto más se quema, más daño se acumula y mayor es el riesgo de desarrollar cáncer de piel. Tanto es así que, tal y como indican las investigaciones científicas, los antecedentes de quemaduras solares, especialmente durante la infancia, son un factor de riesgo significativo para el desarrollo de melanoma, uno de los tipos de cáncer de piel más peligrosos. Pero no solo eso sino que la exposición solar sin protección también contribuye al envejecimiento prematuro de la piel, causando arrugas y manchas.
Por estos efectos negativos es vital adoptar hábitos de protección solar desde una edad temprana y mantenerlos a lo largo de la vida. Esto incluye no solo el uso regular de fotoprotectores, sino también evitar la exposición directa al sol durante las horas pico, usar ropa protectora y buscar sombra siempre que sea posible.

