Conforme pasa el tiempo los médicos especialistas en sexualidad están descubriendo a más personas que padecen una enfermedad desconocida hasta hace relativamente poco.
Muchos hombres y mujeres sienten una excitación sexual continua y permanente, que les hace sentir la necesidad de masturbarse durante unas horas o hasta incluso las 24 horas del día con el simple roce de los pantalones.
La enfermedad sexual persistente afecta a hombres y mujeres, pero se han descubierto más casos en las mujeres. Es una enfermedad desconocida hasta nuestros días y descubierta por la psicóloga e investigadora en sexología Sandra Risa Leiblum en el año 2001. Lo que le provoca al paciente es una sensación de orgasmo continuo que, al ser persistente, deja de producir placer para provocar trastornos psicológicos importantes como depresiones y en algunos casos llegando al suicidio. Este tipo de síntomas se altera el cerebro y el sistema nervioso periférico, pudiendo llegar un punto en el que las neuronas y nervios entren en conflicto interno.
No es una enfermedad registrada hasta la fecha en la Clasificación Internacional de Enfermedades, pero va camino de ello porque cada vez existen más avances sobre ella.
Grandes expertos la estudian
Los mayores expertos actualmente en este tipo de sintomatología son el Doctor Marcel Waldinger, neuropsiquiatra del hospital de La Haya y profesor de la universidad de Utrecht (Países Bajos), y el director del hospital de Alvarado (San Diego, Estados Unidos) Irwin Goldstein.
Goldstein decía que "no puede haber algo más doloroso para un ser humano". Muchos de sus pacientes tienen la sensación fuerte de un orgasmo, o de querer tenerlo. Es una sensación que dura un tiempo, hasta que disminuye. En ese momento el que el paciente se alivia de forma momentánea porque de golpe la sensación vuelve y el orgasmo sigue persistente.
Las causas de este síndrome no son muy conocidas aunque sí se sabe que la mayoría de los pacientes que las manifiestan han consumido depresivos, han sufrido cambios hormonales como la menopausia, fuertes traumatismos y también se han detectado casos de personas que padecen el síndrome de las piernas inquietas.
Irwin Goldstein, prefiere someter a sus pacientes a una intervención quirúrgica en la que se implanta al paciente una especie de marcapasos, en la zona de las nalgas, que genera señales eléctricas hacia el sacro, eliminando la sensación de excitación.
No se trata de ninfomanía, ni otra causa similar. Es algo serio y un reto para la medicina del siglo XXI, poder curar a estas personas que no pueden llevar una vida normal, como el caso de Kim Ramsey, de 46 años de edad, que ha llegado a tener 100 orgasmos diarios, según comentaba ella en una entrevista a un conocido diario británico.