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Leucemia contagiosa entre berberechos: "No evitaremos la metástasis humana, pero sabemos más de un cáncer desconocido"

Participantes en el estudio sobre cáncer transmisible en berberechos explican algunas de las claves de la investigación.

Participantes en el estudio sobre cáncer transmisible en berberechos explican algunas de las claves de la investigación.
Los berberechos, objeto del estudio del CIMUS de la Universidad de Santiago | Flickr/CC/jamesblick

Investigadores gallegos dieron esta semana la noticia de la publicación en la prestigiosa revista Nature Cancer de un estudio centrado en un cáncer contagioso entre berberechos que habría estado transmitiéndose a través del agua del mar durante cientos o incluso miles de años. La investigación de esta enfermedad en esta especie tan popular (y que en absoluto afecta al consumo) se hizo un hueco en los titulares españoles y también en medios como The New York Times. Los datos acumulados durante años por los científicos españoles ayudaban a saber más sobre el misterioso fenómeno del cáncer contagioso, extraordinariamente raro en humanos pero sí común en ciertas especies marinas, como han demostrado los estudios genéticos.

En la investigación de científicos de la Universidad de Santiago liderados por el profesor José Manuel Castro Tubío se analizaron miles de ejemplares de once países distintos en busca de restos genéticos de la enfermedad. Las pesquisas permitieron secuenciar por primera vez los cánceres transmisibles en esta especie, leucemias originadas en el tejido de la hemolinfa de los berberechos, que pudieron surgir hace milenios y que llevan desde entonces contagiando individuos a través del agua.

Como explica a LD una de las firmantes del trabajo, la doctora Seila Díaz Costas, la importancia de este estudio es que nos permite "entender algo de la genética" y aportar "nuevos descubrimientos" sobre estos "por ahora, extraños cánceres". Entre los hitos, Díaz destaca haber obtenido un genoma de alta calidad del berberecho, descubrir "la existencia de dos cánceres clonales que conviven con las poblaciones de berberechos del sur de Europa desde hace miles de años, a pesar de la inestabilidad genética de estas células", y probar que se trata de un cáncer que proviene "bien de las células inmunitarias del berberecho, o bien del tejido que produce estas células". Díaz también destaca cómo "las células cancerígenas necesitan de mucha energía para poder dividirse de forma continua" y cómo su trabajo apunta a que estas células, "debido a la pérdida funcional de sus propias mitocondrias, adquirió mitocondrias de los berberechos a los que fue contagiando".

Respecto a si esta investigación puede contribuir a arrojar luz sobre el cáncer en humanos, Seila Díaz pide "ser realista: con esta investigación no vamos a evitar las metástasis humanas". Pero señala cómo el estudio "sí que nos ayuda a comprender un tipo de cáncer hasta ahora desconocido, por ahora sólo detectado en varias especies de bivalvos, perros y demonios de Tasmania". "La ciencia básica puede asentar las bases para posibles problemas futuros", destaca.

¿Cáncer transmisible en humanos?

Hasta ahora, los casos de cánceres "contagiosos" en humanos son extraordinariamente raros. La doctora recuerda que se han descrito sólo "casos muy concretos de trasplante de células humanas cancerígenas: mediante transplantes de órganos, de madre a feto, o mediante exposiciones en salas de cirugía". En cualquier caso, "nunca de berberechos a humanos": "Nuestro sistema digestivo está preparado para degradar tejidos de diferentes alimentos vegetales y animales. Además disponemos de un sistema inmunológico preparado para combatir agentes externos. Y las condiciones de temperatura, ph… de supervivencia de estas células marinas, son muy diferentes a las que va encontrar en un cuerpo humano".

Díaz recuerda cómo ella dedicó su tesis doctoral al cáncer en bivalvos, un tema que eligió cuando decidió estudiar las patologías mortales que afectaban al berberecho, "un recurso económico muy importante en Galicia", y conoció cómo el cáncer afectaba a esta especie. El estudio actual, que arrancó en 2017, nació tras una publicación del investigador estadounidense Michael Metzger, que descubrió un cáncer transmisible en almejas al comprobar que "el material genético del cáncer no es el mismo que el de la almeja que lo padece". El investigador español José Tubío, dedicado al estudio de cánceres transmisibles en mamíferos, decidió centrarse en bivalvos, "caracterizados por tener un sistema inmunológico relativamente menos desarrollado" y que podrían "constituir un modelo animal de singular interés para desentrañar los misterios inherentes a los cánceres transmisibles". El resultado es el que ahora se ha dado a conocer.

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