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El ADN de Beethoven revela nuevos secretos sobre su salud y su linaje familiar

Un equipo internacional de científicos, liderado por Cambridge y el Instituto Max Planck, analiza mechones del músico y plantea un misterio histórico.

Un equipo internacional de científicos, liderado por Cambridge y el Instituto Max Planck, analiza mechones del músico y plantea un misterio histórico.
Retrato de Beethoven | Flickr

Ludwig van Beethoven, el genio musical que transformó el mundo de la música clásica, es tan famoso por su legado artístico como por los enigmas de su vida personal y salud. A casi dos siglos de su muerte, su figura sigue despertando la fascinación de investigadores y melómanos por igual. En 2023, un estudio publicado en Current Biology lanzó nueva luz sobre las dolencias que marcaron su existencia, además de revelar inesperados secretos sobre su linaje familiar.

Beethoven falleció el 26 de marzo de 1827, a los 56 años, tras una vida marcada por la genialidad creativa y la adversidad física. Su progresiva sordera, que comenzó a finales de sus 20 años y lo dejó completamente sordo a los 40, no solo fue un obstáculo monumental, sino también un rasgo definitorio de su obra. A pesar de su condición, compuso algunas de las piezas más trascendentales de la historia de la música, como la Novena Sinfonía. Sin embargo, su salud no se limitó a la pérdida de audición; sufrió problemas gastrointestinales crónicos y una enfermedad hepática que culminó con su muerte.

En su testamento, Beethoven pidió que su enfermedad fuera estudiada para beneficio de la medicina, un deseo que comenzó a cumplirse 200 años después gracias a los avances científicos. En 2023, un equipo de investigadores liderado por la Universidad de Cambridge y el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva analizó genéticamente cinco mechones de cabello atribuidos al compositor. Este estudio, uno de los más exhaustivos sobre su salud, ha proporcionado claves fundamentales y desmentido teorías previas sobre su estado físico.

Cirrosis, Hepatitis B y alcohol

El análisis genético confirmó que Beethoven tenía predisposición hereditaria a enfermedades hepáticas, un problema que probablemente se agravó con su consumo habitual de alcohol. Además, los investigadores detectaron evidencia de una infección crónica por hepatitis B, presente al menos en los últimos meses de su vida. Johannes Krause, del Instituto Max Planck, explicó: "Aunque no se pudo precisar cuándo contrajo la hepatitis B, está claro que esta infección fue un factor determinante en su salud y pudo precipitar su muerte".

La combinación de estos elementos —riesgos genéticos, alcohol e infección hepática— lleva a pensar que Beethoven murió de cirrosis, como ya se había sugerido anteriormente. Este hallazgo contradice teorías pasadas, como el supuesto envenenamiento por plomo, que había sido sustentado en análisis de mechones ahora desmentidos como falsos.

Pese a los avances, el estudio no logró identificar una causa genética específica para su sordera ni para sus problemas gastrointestinales. "No pudimos encontrar una causa definitiva para estas afecciones," comentó Krause, subrayando la complejidad de los problemas médicos del compositor. Según los investigadores, enfermedades como la celiaquía o la intolerancia a la lactosa, que podrían haber explicado sus síntomas, fueron descartadas. Beethoven incluso mostraba cierta resistencia genética frente al síndrome del intestino irritable.

Discrepancia en el linaje

Uno de los descubrimientos más sorprendentes fue el hallazgo de una discrepancia genética en la línea paterna de Beethoven. Los cromosomas Y analizados en mechones auténticos del compositor no coincidieron con los de descendientes vivos que comparten un ancestro común en el siglo XVI. Este resultado sugiere un caso de "paternidad extrapareja" en su linaje directo entre los siglos XVI y XVIII.

Tristan Begg, antropólogo biológico de la Universidad de Cambridge y autor principal del estudio, comentó: "Este hallazgo nos muestra que incluso las figuras históricas más estudiadas aún pueden guardar secretos familiares que perduran por siglos".

La verificación de los mechones

El equipo llevó a cabo una rigurosa autenticación de ocho mechones atribuidos a Beethoven, procedentes de colecciones en Europa y Estados Unidos. De estos, cinco resultaron auténticos, mientras que otros, como el famoso "mechón Hiller", pertenecían a una mujer y fueron descartados. Estos análisis no solo invalidaron teorías como la del envenenamiento por plomo, sino que también reforzaron la precisión de los nuevos hallazgos.

"Beethoven deseaba que su salud fuera estudiada para beneficio de la ciencia, y estamos cumpliendo ese deseo con el rigor que él merecía," concluyó Begg. A medida que avanza la investigación genética, el genoma del maestro sigue siendo un recurso invaluable para entender no solo al hombre detrás de la música, sino también las complejidades de la vida humana en el pasado.

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