
Si se observan determinados gestos y conductas de los animales como un llanto, la posición de la cola, las orejas o el erizado del pelo, los dueños de las mascotas pueden interpretar de manera aproximada su estado de ánimo. Los expertos en conducta canina también pueden analizar el contexto de manera más profunda, para conocer sus necesidades con mayor exactitud y poder solucionarlas. No obstante, debido a la falta de un lenguaje común, no resulta posible conocer con total certeza qué pensamientos rondan su cabeza.
Sin embargo, el desarrollo de la Inteligencia Artificial puede cambiar esta situación y aportar soluciones a un campo realmente desconocido para el ser humano. Varios investigadores de la Universidad de Michigan, en Estados Unidos, han realizado un estudio mediante herramientas de IA, con las que han logrado descifrar las emociones ocultas en los ladridos de más de un centenar de perros.
La herramienta Wav2vec2
Artem Abzaliev, estudiante de doctorado en informática e ingeniería de esta universidad, en colaboración con científicos del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE) ha desarrollado la herramienta Wav2vec2. Esta se basa en una red de aprendizaje profundo que, como ha comentado el propio estudiante, "acepta el audio del ladrido de un perro y predice diversas propiedades".
El estudio se ha realizado a lo largo de dos años sobre una muestra de 150 perros de distintas razas y características físicas y psicológicas, como Golden Retrievers, Pastores Alemanes o Chiuahuas. Observando diferentes contextos, los investigadores han profundizado en los patrones acústicos de ladridos, aullidos y gruñidos en relación al lenguaje corporal de estos animales.
Los resultados de la investigación mostraron que la Inteligencia Artificial podía identificar con precisión emociones como alegría, ansiedad, hambre o frustración. Además, esta herramienta supo diferenciar entre ladridos que significaban una necesidad inmediata y otros que representaban sensaciones más complejas.
Beneficios del descubrimiento
Este estudio supone un gran paso en la mejora de las relaciones entre humanos y animales, facilitando en gran medida el entendimiento entre ambos. Además, no solo puede significar un cambio positivo para los dueños de mascotas, sino que esta iniciativa estaría beneficiando a veterinarios, educadores de mascotas y otros profesionales del sector.
Por ejemplo, los expertos en salud animal podrían detectar problemas que habrían pasado desapercibidos sin la utilización de esta herramienta, además de conocer con mayor profundidad los síntomas de cada mascota. Por otro lado, los educadores o entrenadores recabarían información de manera más precisa, conociendo mejor a cada ejemplar y pudiendo adaptar sus métodos a las necesidades de cada uno de ellos.


