
Cuando el bulo es institucional
En su cruzada diaria contra la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, Mónica García —ministra de Sanidad— ha vuelto a recurrir a una táctica ya habitual: confundir opinión con evidencia.
Esta vez, a través de un vídeo publicado en la red social X, García despachó con desdén la supuesta polémica interna del Partido Popular, asegurando que "el runrún realmente no es lo que pasa en Genova 13, en concreto en la Comunidad de Madrid es el runrún de que está pasando con las listas de espera". Y termina su eslogan diciendo que "este runrún es el que le debería de preocupar a la señora Ayuso".
Un discurso con aspiraciones de eslogan, pero carente del más mínimo respaldo en los datos. Y eso que los datos son suyos: los ha publicado su propio ministerio. Pero, como parece costumbre en ciertas carteras ministeriales, leer no siempre es requisito para opinar.
Madrid: 48 días de espera, 78 menos que la media nacional
Los últimos datos del Sistema de Información sobre Listas de Espera del Sistema Nacional de Salud (SISLE-SNS), publicados por el Ministerio de Sanidad, no dejan lugar a equívocos: Madrid es la comunidad autónoma con menor demora media para intervenciones quirúrgicas, con 48 días de espera frente a los 126 días de media nacional.
Es decir, la Comunidad de Madrid opera a sus pacientes casi tres veces más rápido que regiones como Extremadura (178 días), Andalucía (176 días) o Cataluña (145 días). ¿Son estos los territorios que Mónica García considera un ejemplo de buena gestión?
Tasa de espera: Madrid, entre las más bajas
La eficiencia madrileña no se limita al tiempo de espera. También en términos de saturación, la región ocupa el segundo puesto con la menor tasa de pacientes en lista de espera por cada 1.000 habitantes: 10,41, solo superada por el País Vasco con 10,16. Para comparar: con más del doble que Madrid encontramos que Cataluña tiene una tasa de 25.10, Cantabria de 29.37 y Extremadura de 24.03.
Que una comunidad como Madrid —con más de 6 millones de habitantes y una presión asistencial muy superior a muchas otras— consiga estos resultados, debería ser motivo de reconocimiento. O, al menos, de prudencia antes de lanzar soflamas ideológicas disfrazadas de diagnóstico sanitario.
Más rápido, más eficaz y con menos espera prolongada
Si el tiempo medio de espera o la tasa por habitante no fueran suficientes, hay otro indicador demoledor: solo el 0,3% de los pacientes madrileños espera más de seis meses para una operación, frente al 22,9% a nivel nacional. En Andalucía, esa cifra alcanza el 33,4%; en Extremadura, el 33,1%; y en Cataluña, el 32,6%.
Insistimos: 0,3%. Es prácticamente residual. ¿Cómo se sostiene entonces el "runrún" de Mónica García, más allá de una táctica populista para desviar la atención de su propia gestión?
Especialidades quirúrgicas: Madrid en cabeza
Madrid lidera también en los tiempos de espera más bajos por especialidad. En Cirugía General y Digestivo: 43 días (frente a los 119 de media nacional). Ginecología: 42 (107 nacional). Oftalmología: 43 (83). Traumatología: 52 (141). Y así en casi todas las disciplinas, con excepciones puntuales como Cirugía Cardiaca, donde aun siendo superada por Cantabria o el País Vasco, Madrid mantiene una espera envidiable de 47 días.
¿Qué parte de esta evidencia no entiende la ministra?
La ministra y la posverdad quirúrgica
Cabe preguntarse si Mónica García desconoce estos datos —lo cual sería preocupante— o si, peor aún, los conoce, pero decide ignorarlos. En ambos casos, su comportamiento evidencia una alarmante falta de rigor institucional.
Utilizar el Ministerio de Sanidad como plataforma de agitación política no solo degrada el debate público, sino que banaliza un asunto tan sensible como el acceso a la atención sanitaria.
El verdadero "runrún" está en Moncloa
En lugar de sacar pecho de que, bajo su mandato, algunas comunidades con gobiernos afines al Ejecutivo central se sitúan a la cola del sistema sanitario (Cataluña, Extremadura o Cantabria), Mónica García prefiere proyectar sombras sobre donde más brilla la eficiencia.
El problema no es que la ministra critique, sino que lo haga de espaldas a la realidad, como si las estadísticas fueran enemigas ideológicas. Y lo preocupante no es que tenga una opinión; lo preocupante es que tiene un cargo.
Porque si el "runrún" está donde hay problemas, entonces no se oye en Madrid. Se escucha, y fuerte, en los despachos del propio Ministerio de Sanidad, donde las cifras desmienten cada palabra de su titular.
En política sanitaria, como en cirugía, los hechos son lo que importan. Madrid ha demostrado, con cifras en la mano, que la gestión eficiente no es un milagro, sino una realidad alcanzable. Lo demás es ruido. Y ya sabemos que, a veces, el runrún más ensordecedor es el que sale del gobierno, cuando no se quiere escuchar la evidencia.
Ana Hernández es Doctora en Química Orgánica, especializada en Química Médica y Biología, con más de veinte años de experiencia como investigadora tanto en España como en el extranjero. Es autora de múltiples publicaciones científicas y patentes.