Colabora

El Gobierno se alinea con el animalismo radical y abre la puerta a más prohibiciones tras vetar las tortugas

El Ministerio de Transición Ecológica considera que el listado positivo es una vía para avanzar en el control de las especies exóticas invasoras.

Un par de ratones grises se esconden en una tienda de mascotas. | Pexels

Con la excusa de acabar con las especies invasoras, el Gobierno está preparando el terreno para implantar un invento del animalismo radical, el listado positivo. Se trata de un catálogo previsto en la ley de Bienestar Animal en el que se especifican las especies permitidas como mascota, quedando prohibidas todas las demás. La intención del Gobierno es, de forma preventiva, prohibir todos aquellos animales que no consideren aptos como mascota, incluso aunque no haya motivos científicos para ello. Ya lo han hecho con las iguanas y con tortugas en riesgo de extinción.

El gobierno prohíbe tener la típica tortuga o el pez limpiafondos como mascota con multas de hasta 200.000 euros

El responsable del Servicio de Vida Silvestre de la Subdirección General de Biodiversidad Terrestre y Marina del Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO), Ricardo Gómez Calmaestra, asegura que España ha llevado a cabo un amplio catálogo de normas en los últimos 18 años para contener la aparición de especies exóticas e invasoras, pero estas han seguido aumentando. La solución para este miembro del MITECO es la imposición de listados positivos y la prohibición de facto de todas las especies que no estén incluidas en ellos.

Así lo ha expresado durante el segundo Congreso Ibérico y séptimo Congreso Nacional sobre Especies Exóticas e Invasoras, donde ha citado ejemplos como el mosquito tigre, las chinches del pino, el pez chino, el galápago de Florida, la almeja asiática y la cotorra gris argentina.

Según Gómez Calmaestra, una de las principales vías de entrada de este tipo de especies es el comercio. Y aunque España cuenta con un amplio catálogo de especies prohibidas para el comercio, la velocidad a la que entran nuevas especies supera la capacidad de respuesta administrativa, señala. ¿Cuál es la solución? Prohibir todo de forma preventiva, excepto los animales incluidos en el listado positivo.

Hacia el listado positivo

Este miembro del MITECO ha considerado que "estamos abocados más pronto que tarde a elaborar listados positivos", es decir, catálogos que especifican las especies permitidas, quedando prohibidas todas las demás. En su opinión, esta fórmula sería "la más operativa", dado que la administración no puede adaptarse con la misma rapidez que el mercado.

En este sentido, ha apuntado que la Ley de Bienestar Animal podría ser una vía de aplicación para este tipo de listados, aunque su marco actual está centrado en animales domésticos. De hecho, la ley animalista ya prevé la creación de ese listado positivo que tanto gusta a las asociaciones animalistas.

¿Qué mascotas serán declaradas ilegales? Estos son los que lo decidirán

Un cambio de sistema

¿Por qué es polémico el listado positivo? Porque supone un cambio en el sistema hacia una tendencia basada en la prohibición sistemática y preventiva basada en criterios, en ocasiones, muy poco científicos y sesgados.

Actualmente España cuenta con listado nacional de especies prohibidas, que incluye 206 taxones, organizados por géneros, familias y especies. Además, desde 2020 existe una normativa específica sobre importación de especies alóctonas que abarca unas 130.000 especies potencialmente invasoras o peligrosas para la salud.

También funcionamos con el sistema CITES, que es un tratado internacional adoptado en la actualidad por 183 países para controlar el comercio internacional de especies amenazadas de fauna y flora silvestres.

Sin embargo, en cuanto se aprobó la ley de Bienestar Animal, se abrió la puerta a invertir el sistema. En lugar de analizar científicamente los motivos por los que una especie debería vetarse al público o protegerse de manera especial, lo que el Gobierno pretende es prohibir todos los animales de manera preventiva y excepto aquellos incluidos en el listado positivo.

Y aquí llegamos al problema de fondo que denuncian muchos conservacionistas y propietarios de exóticos. Si, por ejemplo, se quiere vetar las especies invasoras ¿en base a qué criterio científico se prohíbe la cotorra de Kramer pero no los gatos? Ambas especies proliferan sin control y suponen una amenaza para la biodiversidad. O ¿por qué no prohibir los conejos, hámster y cualquier otro tipo de roedor? ¿Por qué se han prohibido las iguanas a pesar de que el propio Gobierno reconoce que no suponen ningún riesgo? ¿Por qué la tortuga de Annam (Mauremys annamensis), en peligro de extinción, está en la lista de especies invasoras a erradicar?

La sensación, critican muchos conservacionistas, es que estamos ante un Gobierno que prioriza la ideología animalista sobre la ciencia, la experiencia, los criterios técnicos o incluso el propio bienestar real de los animales.

Temas

Ver los comentarios Ocultar los comentarios

Portada

Suscríbete a nuestro boletín diario