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Las anacondas ya eran gigantes hace más de 12 millones de años: así lo revela un fósil hallado en Venezuela

Un estudio reconstruye la evolución de las anacondas y confirma que mantuvieron su enorme tamaño pese a cambios ambientales.

Un estudio reconstruye la evolución de las anacondas y confirma que mantuvieron su enorme tamaño pese a cambios ambientales.
Anaconda. | Pixabay/CC/DenisDoukhan

Un nuevo estudio publicado en Journal of Vertebrate Paleontology ha demostrado que el gigantismo en las anacondas –las mayores serpientes actuales– se originó mucho antes de lo que se pensaba. Los investigadores han analizado fósiles encontrados en el noroeste de Venezuela, pertenecientes al Mioceno medio y superior, y han constatado que estas enormes serpientes ya alcanzaban entre 5 y 6 metros de longitud hace 12,4 millones de años.

Los fósiles proceden de las formaciones geológicas Socorro y Urumaco, en el estado Falcón (Venezuela), una región con una riqueza paleontológica destacada que abarca desde el Mioceno temprano hasta el Pleistoceno. Se han analizado 183 vértebras correspondientes al menos a 32 individuos del género Eunectes, el mismo al que pertenecen las actuales anacondas verde y amarilla.

Mediante modelos estadísticos que relacionan el tamaño de las vértebras con la longitud total del cuerpo, los expertos han estimado que estos ejemplares alcanzaban 5,2 metros por término medio, una cifra muy próxima a la de las anacondas vivas más grandes.

Gigantes nacidas en un mundo pantanoso

El hallazgo sitúa la primera aparición de estos tamaños colosales en un contexto ecológico singular. Coincide con la expansión del sistema de humedales del Pebas, una extensa red de lagos, canales, marismas y bosques inundables que dominó la Amazonia occidental durante el Mioceno.

Ese gigantesco escenario permitió también la evolución de:

  • Enormes cocodrilos como Purussaurus.

  • Tortugas gigantes como Stupendemys.

  • Un gran número de presas potenciales que habrían alimentado a estas serpientes.

Los científicos sugieren que este ambiente, junto con temperaturas globales más cálidas, favoreció la aparición de los grandes tamaños corporales en las anacondas.

Las anacondas no encogieron: sobrevivieron a los cambios

A diferencia de otras especies gigantes del Mioceno –como los grandes cocodrilos y tortugas que acabaron reduciendo su tamaño o desapareciendo– las anacondas mantuvieron su gigantismo hasta la actualidad.

El estudio explica que aunque cambiaron las condiciones ambientales –el clima se enfrió y el gran sistema de humedales desapareció– las anacondas lograron persistir con tamaños similares a los de hace millones de años. Es decir, su colosal anatomía no fue un accidente evolutivo pasajero, sino una condición estable en su linaje.

Una evolución temprana y rápida

La reconstrucción del árbol genealógico del grupo revela que Eunectes se separó de sus parientes más cercanos hace entre 47 y 28 millones de años, pero el gigantismo ya estaba plenamente establecido a inicios del Mioceno, poco después del origen del género.

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