
La expresión "efecto globo" describe perfectamente la sensación que muchas personas sufren con más o menos frecuencia e intensidad, especialmente en verano cuando, sobre todo, se hinchan el abdomen, los tobillos y las manos. Una hinchazón a la que se puede poner remedio con algunos cambios, tanto de hábitos como de alimentación.
Para todo aquel que lo haya sufrido será algo conocido el que se puede aumentar casi una talla en un abrir y cerrar de ojos, de hecho, la retención de líquidos puede hacer que se pese hasta 1,5 kg más en un solo día. Sin embargo, puesto que el cuerpo tiende al equilibrio, tan solo es necesario darle las herramientas adecuadas para que ese circuito de agua se restablezca y se recupere lo antes posible la figura y el bienestar.
Para poder tratar una retención correctamente, lo primero que hay que saber es si la retención es patológica o no, porque el tratamiento de la retención varía en función de esto. La retención de líquidos producida por una patología (retención patológica) puede tener origen en problemas circulatorios, de insuficiencia cardíaca y enfermedades renales o hepáticas, mientas que, si no es patológica, la causa puede ser una simple dilatación de las venas. Sobre todo, en épocas de altas temperaturas.
¿Qué parte del cuerpo se hincha con la retención de líquidos?
Ahora que ya se sabe qué es la retención de líquidos hay que conocer a qué partes del cuerpo afecta para poder reconocerla y tratarla fácilmente. Hay que saber también que cuando existe un desequilibrio sistémico importante, muchas veces el organismo también intenta no perder líquidos.
Hay que fijarse en los siguientes síntomas:
- Si la hinchazón o edema en pies, tobillos y manos no desaparece cuando uno se acuesta y pone los pies en alto, pudieran estar implicados los riñones.
- Si es la cara la zona donde más hinchazón hay, pudiera tratarse de algún trastorno que afecte al corazón.
- En el caso de que aparezca voz ronca e hinchazón en el cuello, pudiera tratarse de un hipotiroidismo.
¿Cómo saber rápidamente si es retención de líquidos?
Es un método muy sencillo que no lleva más de un par de minutos. Simplemente hay que poner el dedo pulgar presionando el pie (la parte dorsal, superior), en la mano (también en la parte dorsal) o en la yugular durante 5 segundos.
- 0 mm. Si al levantar el dedo la piel sube inmediatamente, no se retienen líquidos.
- 2 mm. Si baja unos 2 milímetros pero sube enseguida, existe poca retención.
- 4 mm. Cuando la piel baja más y la hendidura (se conoce como fóvea) no desaparece hasta pasados 10-15 segundos, se están reteniendo más líquidos de la cuenta.
- 6 mm. Si la piel desciende 6 milímetros y no vuelve a su posición antes de un minuto, la retención es severa.
- 8 mm. En este último caso (la piel no se recupera pasados dos minutos o más), el edema puede ser serio.
También se podrá saber fácilmente si está reteniendo líquidos si, por ejemplo, cuesta quitarse un anillo que antes salía fácilmente, cuando las tiras de las sandalias se marcan en los pies o si abrochar la falda o el pantalón "de siempre" ya no es tan sencillo.
¿Qué produce retención de líquidos?
Una mala alimentación y una vida sedentaria hacen a las personas más propensas a retener líquidos, aunque también lo son aquellas que no ingieren suficientes líquidos durante el día, las que sufren de sobrepeso u obesidad, tienen problemas circulatorios, consumen medicamentos como estrógenos, corticoesteroides, antiinflamatorios no esteroideos y algunos fármacos para la tensión, sufren cambios hormonales o padecen enfermedades cardiacas, hepáticas o renales.
Si se sufre algunos de esos problemas se puede prevenir la retención de líquidos tan solo haciendo unas pequeñas modificaciones en la vida diaria.
- Evitar una mala alimentación basada en alimentos ricos en sal o sodio.
- Conviene no consumir alimentos procesados, embutidos, enlatados, quesos curados, precocinados, ahumados, sopas de sobre, snacks o aperitivos y bebidas refrescantes azucaradas.
- Los remedios naturales pueden ser perjudiciales. Hay que consultar al médico siempre porque hierbas como la cola caballo y salvia están contraindicadas.
Consejos para prevenir la retención de líquidos
- Mantener una alimentación baja en sodio. Las comidas con mucha sal o condimentos favorecen la retención de líquidos, tal y como afirma un estudio realizado por la Universidad Diego Portales (Chile).
- Nada de comida basura. Perjudican la salud en otros muchos aspectos, por su alto contenido en aditivos. Además estos alimentos suelen tener una elevada cantidad de sal.
- Hay alimentos que ayudan a tratar el problema de retención de líquidos, principalmente frutas y verduras con un alto contenido de agua.
- Evitar el sedentarismo y comenzar una rutina de ejercicios. Mantener el cuerpo activo permite liberarse de toxinas. Estas pueden ser las causantes de que se estén reteniendo más líquidos de los habituales, tal y como afirma una investigación de la Universidad Austral de Chile.
- Si se trabaja sentado, lo recomendable es que cada 30 minutos uno se levante. Esto ayuda evitar la retención en las piernas, pies y tobillos. Aunque no se cuenta con evidencias científicas, no se pierde nada por intentarlo.
En cuanto a qué alimentos se deberían elegir, los expertos aconsejan aquellos con una composición rica en potasio, ya que es un mineral fundamental en este proceso. Si el potasio no está presente en la cantidad adecuada, la regularización de entrada y salida de líquidos dentro y fuera de las células puede fallar y desembocaría en la retención de líquidos.
Por otro lado, el magnesio es otro mineral que no debemos descuidar, ya que es determinante para lograr el equilibrio hídrico y ayuda a contrarrestar el exceso de sodio que, como ya sabes, favorece la retención de líquidos. Por esta razón, hay que vigilar la cantidad de sal que añadimos a nuestros platos. Aunque también es cierto que el sodio escondido en los productos procesados es el más difícil de controlar.
¿Dónde podemos encontrar potasio y magnesio? Frutas como la sandía y el plátano son dos buenas fuentes de estos nutrientes. Así como la remolacha, las acelgas o los tomates. Todos son alimentos fáciles de introducir en la dieta veraniega, tanto como postre o formando parte de los ingredientes de una ensalada.

