
La cabeza humana es una parte fundamental del cuerpo y juega un papel crucial en el desarrollo físico. Sin embargo, hay un momento en la vida en el que la cabeza deja de crecer y alcanza su tamaño final. Este proceso de crecimiento y desarrollo de la cabeza tiene lugar durante la infancia y la adolescencia y, salvo excepciones, la cabeza crece hasta los 10 años de edad. Ahora bien, hay que distinguir entre la región del cráneo que aloja el cerebro y la que se corresponde con el rostro, ya que crecen a ritmos distintos.
Sin embargo, es importante destacar que cada persona es única y el momento exacto en el que la cabeza deja de crecer puede variar. Además, algunos trastornos genéticos o condiciones médicas pueden afectar el crecimiento de la cabeza y el desarrollo craneofacial.
Lo que sí sucede en todas las personas es que en el recién nacido, el tamaño de la caja craneal no supera el 25% del que tendrá en edad adulta. A la edad de 7 u 8 años, habrá crecido hasta alcanzar el 95% de su dimensión final y el crecimiento terminará en la mayor parte de los niños antes de alcanzar la pubertad. La cara, sin embargo, crece más despacio, ya que completa su desarrollo en torno a los 20 años, coincidiendo con el afloramiento de las muelas del juicio.
Hay que destacar que durante los primeros años de vida, la cabeza experimenta un rápido crecimiento para acomodar el desarrollo del cerebro y los órganos sensoriales. En los primeros meses, el tamaño de la cabeza aumenta significativamente a medida que el cerebro se desarrolla y las estructuras faciales toman forma. Durante esta etapa, los huesos del cráneo son flexibles y permiten el crecimiento necesario para acomodar el rápido desarrollo cerebral.
A medida que el niño crece, la cabeza sigue creciendo, pero a un ritmo más lento. De hecho, la mayoría del crecimiento en la cabeza ocurre durante los primeros años de vida, alcanzando aproximadamente el 90% de su tamaño final alrededor de los 2 años de edad. A partir de ese momento, el crecimiento de la cabeza se ralentiza considerablemente.
Durante la adolescencia, se produce otro estirón de crecimiento en todo el cuerpo, pero la cabeza ya ha alcanzado su tamaño final. Aunque es posible que se produzcan cambios sutiles en la forma de la cabeza debido al crecimiento facial, como el desarrollo de los huesos de la mandíbula y los pómulos, el tamaño general de la cabeza se mantiene estable.

