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Qué dice la ciencia sobre la grasa que se acumula entre los músculos y su relación con la salud

El estudio se ha realizado en adultos con obesidad mediante resonancia magnética y seguimiento de glucosa continua.

El estudio se ha realizado en adultos con obesidad mediante resonancia magnética y seguimiento de glucosa continua.
Libertad Digital

Un estudio internacional liderado desde España ha demostrado que la acumulación de grasa entre los músculos del muslo (IMAT) se asocia de forma significativa con un mayor riesgo cardiometabólico y alteraciones en la regulación de la glucosa. La investigación, publicada en The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism, revela que esta grasa profunda localizada en el muslo tiene una relación más estrecha con marcadores de riesgo que la grasa intermuscular presente en la zona abdominal.

Diferencias entre depósitos de grasa corporal

El estudio se centró en dos tipos concretos de tejido adiposo intermuscular (IMAT, por sus siglas en inglés): el localizado en la región abdominal y el situado en el muslo medio. A diferencia del tejido adiposo subcutáneo, que se encuentra justo debajo de la piel y ha sido tradicionalmente considerado protector, el IMAT se infiltra entre los grupos musculares y ha mostrado tener efectos negativos sobre el metabolismo.

A lo largo de la investigación, no se observó ninguna relación estadísticamente significativa entre el IMAT abdominal y parámetros como la glucosa en ayunas, la insulina o la presión arterial. En cambio, el IMAT del muslo sí mostró una asociación positiva con niveles elevados de glucosa a lo largo del día y durante la noche, así como con un mayor riesgo cardiometabólico global.

Evaluación mediante imagen y monitorización continua

La investigación se basó en el análisis de 189 personas adultas con obesidad o sobrepeso (IMC medio de 32,9 kg/m²), de entre 30 y 60 años, que fueron estudiadas en centros de Granada y Pamplona. Para cuantificar la grasa intermuscular se utilizaron imágenes por resonancia magnética de alta resolución (MRI 3-Tesla), aplicando técnicas de segmentación automáticas para calcular la proporción de grasa respecto al volumen total de la región corporal analizada.

Además, los participantes llevaron durante 14 días un dispositivo de monitorización continua de glucosa, lo que permitió calcular la media de glucosa en sangre durante el día, la noche y en ciclos de 24 horas. También se evaluaron otros indicadores como el colesterol HDL, los triglicéridos, la presión arterial y la circunferencia de cintura, integrados en un índice continuo de riesgo cardiometabólico.

El IMAT del muslo, posible marcador clínico

Los resultados revelaron que el IMAT en el muslo se relaciona directamente con un mayor riesgo cardiometabólico, incluso después de ajustar por edad, sexo, grasa corporal total y actividad física. En concreto, se observó una correlación significativa con niveles más altos de glucosa y una puntuación de riesgo cardiometabólico elevada.

Por el contrario, la grasa intermuscular abdominal no mostró correlaciones relevantes en los modelos estadísticos aplicados. Este hallazgo apunta a que la localización del tejido adiposo intermuscular influye de forma diferencial en la salud metabólica, y que el IMAT en la región del muslo podría ser un biomarcador más sensible para identificar riesgo en personas con obesidad.

Implicaciones clínicas y futuras investigaciones

Según los autores, estos resultados pueden tener aplicaciones clínicas importantes, ya que la medición del IMAT del muslo podría utilizarse como herramienta de diagnóstico o pronóstico. Además, es una zona anatómica más accesible que el abdomen para ser evaluada mediante técnicas como la ecografía muscular.

El estudio ha sido liderado por la doctora Alba Camacho-Cardenosa, del Instituto de Investigación Biosanitaria ibs.GRANADA y el Hospital Universitario Clínico San Cecilio, en colaboración con investigadores del CIBEROBN, CIBERFES, la Universidad de Granada, el Instituto Mixto Universitario Deporte y Salud, la Universidad Pública de Navarra y centros sanitarios como el Hospital Virgen de las Nieves.

Los autores apuntan también a la necesidad de seguir investigando si intervenciones como el ejercicio físico pueden reducir el IMAT del muslo y mejorar los indicadores metabólicos, dado que algunos ensayos previos han mostrado efectos positivos en este sentido.

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